Escudado con el gobierno de “usos y costumbres”, un alcalde del estado de Oaxaca prefiere guardar los apoyos a las víctimas de los sismos en ese estado.Una investigación del diario Reforma encontró que, un mes después de los sismos en Oaxaca, en por lo menos 41 municipios del Istmo se registran peleas y tensión entre los damnificados por tener un campamento seguro y recibir apoyos para reconstruir sus viviendas.Pero ajeno a ese drama, el alcalde de San Miguel Chimalapa, Fernando Miguel Contreras, acumula colchas, casas de campaña y catres con el logotipo de Protección Civil en la oficina municipal, denunció la nota de Reforma.El rotativo constató con imágenes y video que esas donaciones están apiladas en el despacho. El presidente municipal oaxaqueño montó en cólera cuando advirtió que su abuso era fotografiado y videograbado.“Aquí nos regimos por usos y costumbres”, argumentó el alcalde a los enviados de Reforma, “y es que no puede usted entrar nomás porque quiera entrar y como si llegara a su casa.“Si yo voy a entrar a su casa, ¿a quién le voy a pedir permiso? Al dueño de la casa. Yo soy Presidente y aunque viniera Peña Nieto donde quiera, si el pueblo dice que no entra, no entra”, justificó el edil, describe Reforma en su información.Desde el comienzo de la emergencia por los sismos, el Gobierno federal determinó que sólo el Ejército y la Marina serían las instituciones encargadas de entregar la ayuda humanitaria a los afectados para evitar el uso político, recordó Reforma.En San Miguel Chimalapa al menos 100 casas resultaron derrumbadas y sus pobladores saben que el Edil acapara despensas, lonas, colchonetas y cobijas.Mientras, en otras localidades de Oaxaca, como en el albergue de la colonia Gustavo Pineda, de Juchitán, los damnificados han peleado por las despensas, los utensilios domésticos o la ropa donada.(Fotos: Tomadas del diario Reforma)Compartir