Investigadores de la Universidad de Yale realizaron un estudio en jóvenes pre-diabéticos y diabéticos, de 10 a 19 años, y reportaron que los tratamientos que se les prescribían no disminuían la progresión de la diabetes tipo 2.

[read more=”Leer más” less=”Leer menos”]

El tomar insulina o el medicamento más común utilizado para la diabetes tipo 2, denominado la metformina, no retrasó ni trató de forma eficaz la afección en la juventud, informaron los expertos en un comunicado de la institución.

En la investigación denominada “Restoring Insulin Secretion (RISE) Pediatric Medication Study (“Restaurando la secreción de insulina. Estudio de medicación pediátrica”), la investigadora principal, Sonia Caprio y otros especialistas, analizaron el efecto de dos intervenciones para pre-diabetes o diabetes en jóvenes.

Durante el proceso de estudio, a los niños y adolescentes se les aplicaron inyecciones de insulina durante tres meses, seguido de metformina durante un año, o metformina sola.

En el período de estudio de 15 meses, los científicos evaluaron los niveles de azúcar en la sangre de los participantes, así como la función de sus células beta que almacenan y liberan insulina para mantener un nivel saludable de azúcar en la sangre.

El equipo de investigación, reportó que los tratamientos no disminuían o detenían la progresión de la diabetes tipo 2 en ninguno de los grupos y que el funcionamiento de las células beta de los jóvenes continuó deteriorándose a pesar de las terapias, las cuales se ha demostrado que tratan la diabetes tipo 2 de manera efectiva en adultos.

Si bien es posible que el hallazgo no se aplique a todos los jóvenes con diabetes tipo 2, el estudio para los investigadores es un llamado para la comunidad científica porque no hay otro medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para tratar la enfermedad en los jóvenes.

Sonia Caprio señaló que la falta de efectividad puede deberse a la naturaleza más agresiva de la enfermedad en la juventud.

“La incidencia de la diabetes tipo 2 está aumentando en los adolescentes; sin embargo, nos encontramos en una posición muy precaria porque no sabemos cuál es la mejor manera de tratarla”, alertó.

[/read]

Compartir