Un calor extremo sin precedentes y la sequía generalizada marcaron el clima europeo en 2022, según el informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus.

Este servicio advierte de que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.

En 2022, Europa vivió el segundo año más cálido y el verano más caluroso desde que hay registros, con olas de calor intensas y prolongadas en gran parte del continente, en especial la zona Sur.

Esta zona soportó el mayor número de días de “estrés térmico muy fuerte” jamás registrado.

PREOCUPACIÓN POR EL ÁRTICO

En especial, preocupa el Ártico, cuyo clima está experimentando cambios drásticos y cuyas temperaturas aumentan mucho más rápido que en la mayor parte del resto del planeta.

Estas temperaturas aumentan 3 °C más que la media de la era preindustrial, frente al calentamiento global de 1.2 °C.

Así, 2022 fue el sexto año más cálido registrado en el Ártico en su conjunto, y el cuarto año más cálido en las zonas terrestres.

Una de las regiones más afectadas, fue el archipiélago de Svalbard, que vivió su verano más cálido, con temperaturas que en algunas zonas superaron en 2.5 °C la media.

Groenlandia también experimentó condiciones climáticas extremas, como un calor excepcional y lluvias en septiembre, en lugar de nieve.

MENOS LLUVIAS Y DESHIELO

A las altas temperaturas, se sumó la escasez de precipitaciones, factores que llevaron a una situación de sequía generalizada en Europa.

En invierno, se dieron menos días de nieve que la media, con hasta 30 días menos en algunas zonas.

Mientras, en primavera, las lluvias fueron inferiores a la media en gran parte del continente.

Únicamente en mayo, se registraron las más bajas desde que hay registros para ese mes.

La falta de nieve invernal y las altas temperaturas estivales provocaron una pérdida récord de hielo de los glaciares de los Alpes (más de 5 kilómetros cúbicos).

(Fotos: Tomadas de DW Español)

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