Los alcaldes del país se han convertido en los últimos años en el eslabón más débil de los gobiernos frente al crimen organizado.

De acuerdo con una investigación de Reporte Índigo, desde el 2006 han sido asesinados 114 alcaldes y alerta que a medida en que se acerque el proceso electoral podrían ocurrir más hechos de violencia.

Fue el pasado 28 de diciembre, dice la información de Reporte Índigo, cundo el último alcalde en funciones fue asesinado en el país y su muerte desató también una crisis de ingobernabilidad en este municipio de la costa grande del estado de Guerrero, pues nadie quiso asumir el cargo hasta que, después de la intervención del Gobierno estatal- asumió el cargo la esposa.

Reporte Índigo señala que el municipio de Petatlán, Guerrero, es el fiel reflejo de la indefensión en que viven los alcaldes en el país, un ejemplo de la vulnerabilidad en la que se encuentran; son el primer eslabón de contacto de la ciudadanía con el gobierno, y también el más débil.

En los municipios de Tlapehuala, San Miguel Totolapan y Zihuatanejo, también en Guerrero, los alcaldes titulares pidieron licencia recientemente para buscar un nuevo cargo de elección popular y los suplentes tampoco han querido asumir la responsabilidad, recuerda la información.

Guerrero es una de las entidades más golpeadas por la violencia en los últimos años y una de las más peligrosas para las autoridades locales junto con Oaxaca, Durango, Tamaulipas, Estado de México, Puebla, Veracruz y Michoacán.

Tan sólo en 2017, ocho presidentes municipales en funciones perdieron la vida en circunstancias de violencia, la segunda cifra más alta sólo por detrás de 2010 -uno de los más violentos en la historia reciente- cuando 12 ediles fueron asesinados.

El número ya va en 52 desde el 2006, año en que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico.

Si se cuentan también los ex presidentes municipales (13) y los ediles electos que aún no entraban en funciones, la cifra se eleva hasta 23 durante 2017, el año más violento de las últimas décadas y el más trágico para los alcaldes. Muchos de ellos habían sido amenazados antes de ser asesinados.

Según un diagnóstico elaborado por la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), los asesinatos de ediles registrados en los últimos años se concentran en municipios con menos de 50 mil habitantes, localidades que se caracterizan por la falta de recursos, por bajo desarrollo institucional y por la presencia del crimen organizado.

Reporte Índigo precisa que la cercanía de las elecciones federales del próximo 1 de julio en donde se renovarán, entre otros cargos, 2 mil 30 de los 2 mil 462 ayuntamientos en la República y la sombra de la interferencia del crimen organizado en los procesos de elección, son dos factores que podrían agravar el ya de por sí peligroso entorno de los alcaldes y de los aspirantes a las alcaldías.

En algunos de los municipios con mayor riesgo en el país se ha evidenciado la dificultad de algunos partidos políticos para encontrar perfiles dispuestos a contender, lo que ha derivado en que en ocasiones no se presenten candidatos.

Hasta hoy no existe ningún protocolo de seguridad oficial para la protección de los alcaldes y las autoridades municipales a pesar de que son quienes se encuentran más expuestos a la violencia. El Estado los ha dejado a su suerte.

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