Muchos científicos se han interesado por dilucidar lo que pasaría si por cualquier situación cósmica, el planeta Tierra rotara en dirección contraria.

La inversión en el sentido del giro de la tierra sobre su propio eje, ha sido estudiada por el Instituto de Meteorología Max Plank de Hamburgo, donde analizaron la teoría en base a las condiciones del clima y la distribución de los océanos, a partir de una simulación informática.

Los esquemas del viento, así como el movimiento de los mares se modificarían como consecuencia de ello. También se presumen variaciones climáticas, representadas en el cambio de las temperaturas y los periodos lluviosos. Ejemplo de ello fue el cálculo que expertos estiman sobre el descenso pronunciado en la temperatura desde Siberia oriental hasta Europa.

SAHARA VERDE

La inversión rotatoria también convertiría al continente americano en zonas áridas, mientras que el desierto del Sahara pasaría a tener una gran vegetación.

Las diferencias en los patrones de los vientos tropicales provocarían que la Zona de Convergencia Intertropical (ITCZ) se desplace hacia el hemisferio sur, mientras que la doble ITCZ del Pacífico pasaría a tener una sola zona de confluencia de los vientos.

También se prevé que las aguas del océano Atlántico cambien de manera drástica el sentido de sus corrientes, así como se revertirían las del Pacífico.

Aunque no sea un proceso químico que ocurra actualmente, es posible que al norte del océano índico se genere una cianobacteria sobre el plancton, como consecuencia del enriquecimiento de sus aguas con fosfato y nitrato empobrecido.

Un grupo de científicos que integra el Instituto de Meteorología Max Plank de Hamburgo, el Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading en el Reino Unido y otros entes de investigación presentaron recientemente los resultados de este estudio ante la Asamblea General de la Asociación Europea de Geociencias.

La teoría de los cambios climáticos también fue concluyente en investigaciones realizadas por otros especialistas en la materia.

La probabilidad de supervivencia de la raza humana no formó parte del estudio contemplado en el modelo informático de simulación ante un eventual cambio abrupto en la rotación de la tierra en sentido opuesto, generado por un evento cósmico como el impacto de un meteorito.

MÁS LENTA

También está la posibilidad de que el movimiento rotatorio de la Tierra cambie de manera gradual. Lo cierto es que la ciencia ha podido demostrar que el planeta ha desacelerado su velocidad de rotación, sin que el humano pueda percibirlo.

Incluso, existe una conexión entre los movimientos sísmicos y la velocidad de giro del planeta, de acuerdo con la investigación de Rebeca Bendick, de la Universidad de Montana, y Roger Billan, de la Universidad de Colorado. Estos estudios tomaron como base los terremotos de magnitud superiores a 7 que sucedieron desde el siglo XX. Lograron determinar una mayor incidencia de sismos cada 32 años.

Notaron que el incremento en los movimientos sísmicos se generaba luego de producirse una baja en la velocidad de la Tierra, fenómeno con tendencia a ocurrir cada 25 o 30 años. Al menos cinco años dura la anormalidad de desaceleración y es precisamente en el último año cuando hay una mayor incidencia de actividad sísmica.

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