El cinismo no tiene límites. Pemex alertó que no solo es víctima de robo de combustible, sino que también lo está siendo del gas Licuado de Petróleo (LP).

De acuerdo con información del diario Reforma, si bien las tomas clandestinas en gasoductos representan mayor riesgo de explosión, personal militar ha detectado mecanismos de ordeña, almacenamiento y hasta distribución en cilindros de uso doméstico.

Reforma indicó que, internamente, Pemex comenzó a registrar en 2016 el robo de gas LP, pero fue hasta 2017 cuando prendió la alerta y empezó a hacer pública su estadística de tomas clandestinas.

De acuerdo con un reporte de la empresa citado por el diario de circulación nacional, en 2016 sumó 153 puntos de ordeña y en 2017 aumentaron a 166.

“En 2016, incluso a inicios de 2017, las autoridades de Pemex consideraron que estos señores (ordeñadores) se equivocaban en la perforación de los ductos, y que en vez de encontrar gasolina o diesel, hallaban gas, y propiciaban incendios por su mal manejo”, advirtió un mando militar que participa en los trabajos coordinados para la seguridad física de las instalaciones de la empresa, citado por Reforma.

“Hasta mediados de 2017 les quedó claro que no se equivocaban, sino que realmente ahora (los huachicoleros) querían gas LP y que estaban perfeccionando su técnica para robarlo”, agregó el mando al mencionado rotativo.

Los ladrones de combustible usan mangueras de hasta 800 metros que van del ducto ordeñado hasta viviendas fachada en las que instalan contenedores tipo pipa de hasta 30 mil litros, los cuales son enterrados o instalados en los patios.

De ahí el gas es transferido a carros tanque para su venta en puntos clandestinos, donde se rellenan los cilindros de uso doméstico, añadió Reforma.

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