Los delincuentes que llegaban a robar 100 millones de pesos mensuales saqueando cajeros automáticos y haciendo desvíos electrónicos y que fueron detenidos la semana pasada en León, Guanajuato, eran perseguidos por la policía cibernética desde hacía un año.

El periodista Héctor de Mauleón relata que los “cobradores” que iban a cajeros automáticos a recibir el dinero que escupían las máquinas llegaron a recibir su comisión en el hotel Holidy Inn.

[read more=”Leer más” less=”Leer menos”]

El columnista del diario El Universal relató que esas ocasiones en las que “enloquecieron” cajeros automáticos en León y Tijuana “hace unos domingos y arrojaron al piso hasta 75 mil pesos en billetes de 500” eran parte del ataque cibernético”.

Añade que “un grupo de personas había recibido la instrucción de colocarse frente a determinados cajeros aquel domingo. A una hora específica, las máquinas comenzaron a arrojar dinero”.

Algunos “enviados” no llegaron a la cita, señala el relato del periodista, y los cajeros lanzaron el dinero al vacío.

Los “cobradores entregaron el dinero en maletas, en un Holiday Inn de la ciudad de León” (…) incluso hicieron fila para entregar las cantidades defraudadas —de las que recibieron una jugosa comisión”, señala el relato de Mauleón, que titular su texto “La policía hackeó al hacker”.

Relata que la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República “seguía el rastro de una banda de hackers desde un año antes”.

En abril de 2018 alguien que había vulnerado el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios del Banco de México (SPEI) hizo transferencias a 849 cuentas falsas, por un total de 500 millones de pesos. Los beneficiarios de estas cuentas retiraron el dinero antes que los bancos reaccionaran —y recibieron también una comisión, escribió el columnista.

“Eran hackers también los que en octubre de 2018 habían infectado los sistemas de la aseguradora Axa. Los delincuentes cibernéticos transfirieron 13 millones a una cuenta fantasma que acababan de abrir en una empresa de valores, y luego le pidieron a esa empresa que les enviara a un edificio de Insurgentes (en la CDMX) diez millones de pesos en un camión blindado”.

Tras recibir el dinero los hackers abandonaron el edificio, huyendo incluso en sentido contrario. La Agencia de Investigación logró determinar que una de las personas que operó el fraude en Axa está entre las redes de intermediarios que movieron el dinero defraudado al SPEI, dice el relato.

Los agentes que tomaron parte en la investigación contaron al periodista que una tarde alguien llamó al Banco de México (Banxico) y reveló que el cerebro del fraude al SPEI se llamaba Héctor y vivía en León. La referencia geográfica empató con la información que los agentes habían levantado hasta la fecha.

“Un policía experimentado en cuestiones cibernéticas descubrió que en las redes de hackers más relevantes existía una persona a la que apodaban ‘H1’. Encabezaba a un grupo de hackers conocido como Bandidos Revolutions Team. Le pasó el dato a la Policía Cibernética, y esta comenzó a rastrearlos. Los investigadores detectaron una cuenta de Facebook asociada al grupo. Rebotó en León. Al final, fueron ubicados once domicilios. Todos giraban alrededor de una persona: Héctor Ortiz Sandoval, un hombre de 34 años de edad que se movía en helicópteros, autos blindados y vuelos privados. Trabajos de inteligencia y seguimiento indicaron que Ortiz Sandoval era H1: su hermana y su cuñado se encargaban de reclutar a los Bandidos”.

En lo detalles de su captura, De Mauleón narra que el convoy de la AIC encargado de aprehender al “H1” llegó a León de noche, y se repartió en los once inmuebles que serían cateados: Cielo 1, Cielo 2, Cielo 3 y Cielo 4 (así llamaban los Bandidos a las mansiones donde vivían Ortiz Sandoval, sus hermanos y su padre). El cateo incluyó una bodega en la que había 19 autos de lujo, una flotilla en la que brillaban las marcas: McLaren, Lamborghini, Aston Martin, Mercedes Benz…

Incluso indica que en uno de los domicilios cateados había 20 millones en billetes de 500 pesos. En una bodega se acumulaban electrodomésticos, vinos, computadoras, pantallas, teléfonos: todo lo que los hackers habían logrado comprar inyectando dinero de manera fraudulenta en tarjetas de Soriana y otros almacenes.

De hecho, concluye que el “H1” pudo haber obtenido ganancias por más de mil millones de pesos, según la policía.

(Foto: Tomada de El Universal)

[/read]

Compartir