Los cohetes de SpaceX, del magnate Elon Musk, están creando formaciones rojas brillantes en el cielo, similares a auroras, lo que tiene preocupados a los científicos por posibles problemas aún no reconocidos.

A medida que la industria espacial experimenta un auge y un crecimiento constante, también lo hace la atención dedicada a estudios y observaciones de nuevos fenómenos, así como de aquellos que, en el pasado, se han detectado ocasionalmente.

Uno de estos fenómenos que ha captado la atención de los investigadores durante décadas son los agujeros temporales en la alta atmósfera terrestre, que se manifiestan tras el lanzamiento de cohetes al espacio, señala DW Español.

Sin embargo, con el creciente número récord de lanzamientos al espacio, los científicos advierten ahora de que los cohetes en órbita de SpaceX están generando agujeros temporales en la atmósfera superior, lo que plantea problemas potenciales aún no reconocidos.

LAS AURORAS SPACEX

Para alivio de todos, aunque el fenómeno –en el caso concreto de SpaceX está creando formaciones rojas brillantes similares a auroras en el cielo– es digno de atención y estudio, no supondría una amenaza directa para el medio ambiente o la vida en la Tierra, según informa Live Science.

No obstante, podría plantear problemas desconocidos para la astronomía y las comunicaciones, lo que lo convierte en “un área de creciente atención” entre los investigadores, según declaró a Spaceweather.comStephen Hummel, del Observatorio McDonald de Texas.  

Los astrónomos detectaron la primera de estas auroras SpaceX sobre el observatorio en febrero. Ahora “vemos entre 2 y 5 cada mes”, afirma Hummel.

FORMACIONES ROJAS

En específico, a diferencia de las observadas en lanzamientos anteriores, las “auroras de SpaceX” se manifiestan como formaciones rojas, aproximadamente esféricas, visibles a simple vista durante un máximo de 10 minutos seguidos, y están causadas por el descenso de los cohetes o sus etapas, generando agujeros temporales que se cierran al salir el Sol.

Estos fenómenos fueron presenciados, por ejemplo, en julio, durante el lanzamiento del cohete Falcon 9 de SpaceX, encargado de poner en órbita satélites Starlink.

En este evento, el cohete abrió un agujero en la atmósfera sobre Arizona, en Estados Unidos, creando una impactante imagen de un cielo que parecía sangrar.

La razón de ello es que los cohetes de desorbitaje de SpaceX, a diferencia de los cohetes del pasado, liberan combustible durante breves quemas con el fin de maniobrar los restos que caen para que aterricen en el sur del Océano Atlántico en lugar de estrellarse contra la Tierra.

AGUJEROS COLOR SANGRE

Según los expertos, durante el descenso, el cohete puede quemar aproximadamente 180 kg de gases de escape, mayoritariamente compuestos por agua y dióxido de carbono, en las cercanías del borde de la ionosfera, donde potencialmente se podría generar un agujero significativo.

En concreto, el fenómeno, distinto de una aurora convencional, se produce cuando los cohetes queman sus motores en la mencionada ionosfera, el punto de encuentro entre la atmósfera terrestre y el espacio, situado entre 80 y 644 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, donde el gas está ionizado o desprovisto de electrones, según la NASA.

Los denominados “agujeros ionosféricos”, como detalla Live Science, tienen la capacidad de estimular las moléculas de gas en esa parte específica de la atmósfera, desencadenando fascinantes franjas de luz roja que se asemejan a las auroras.

Este efecto se debe a la reacción entre los iones de oxígeno presentes en la ionosfera y los electrones liberados por los gases de escape de los cohetes.

HABRÁ MÁS LANZAMIENTOS

La preocupación de los científicos radica en el posible aumento de estos resplandores rojos en el cielo a medida que SpaceX planee más lanzamientos en el futuro, lo que podría interferir con las observaciones astronómicas y perturbar las comunicaciones por radio de onda corta, así como interferir con las señales GPS.

Por otra parte, mientras se evalúa el impacto de las formaciones a través de los lanzamientos de SpaceX, el estudio de estos agujeros podría irónicamente proporcionar valiosa información sobre la ionosfera y su variabilidad nocturna.

Además de las “auroras de SpaceX”, los cohetes de la empresa también han generado otros espectáculos de los como las llamadas “espirales SpaceX”, creadas cuando los propulsores giran y vierten combustible sobrante en el espacio antes de salir de órbita.

(Fotos: Tomadas de DW Español)

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