Mi hermano mayor es empresario y su trayectoria ejemplifica lo que muchos emprendedores logran a lo largo de años de esfuerzo, trabajo, dedicación y talento. Esa fue su fórmula para crear una empresa en la que día a día se esmera por mantenerse vigente en el competido mundo de los negocios. Él, apoyado por su familia, fabrica y surte maquinaria a diversos sectores representativos de León y del estado.

Su preocupación, hoy mismo, es la misma que comparten millones de micros, pequeños, medianos y grandes empresarios en medio de esta crisis global: ¿Cómo va a pagar la nómina de sus empleados el próximo fin de semana? Imagino los dilemas que debe tener durante las noches. Por ejemplo, decidir entre despedir a sus colaboradores o seguir haciendo un esfuerzo por superar esta inesperada pandemia, o bien, priorizar entre pagar a los proveedores o a todos los empleados.

En teoría, los gobernantes deben estar igual de tensos. Su prioridad debe ser garantizar la atención médica y, con ello, la vida humana. E inmediatamente después, centrarse en minimizar las consecuencias económicas y sociales que la pandemia seguramente dejará durante y después de su paso.

En este sentido, ya se presentaron algunos esquemas serios de apoyo por parte del Banco de México, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Gobierno del Estado de Guanajuato de la mano con los representantes empresariales. Asimismo, los principales municipios del estado hacen sus propios esfuerzos para ayudar. Esperemos que las instancias gubernamentales que faltan hagan lo propio y no se queden solo haciendo política barata o pensando en sus propios fines.

Está claro que la responsabilidad directa de apoyar en los temas de salud pública, social y económico recae en el gobierno, sea este de cualquiera de los tres niveles. Lo que no puede suceder es el efecto “Torre de Babel”, donde, por una extraña razón, nadie hable el mismo idioma y, por tanto, no se pongan de acuerdo en cómo resolver los problemas que ha traído consigo el impacto de un virus.

Al final del día, todos los ciudadanos requieren ese apoyo gubernamental de una u otra forma. Y lo primero es su empatía y solidaridad.

Y si de plano no se los van a dar, pues al menos que no estorben, porque los hombres y mujeres que tienen a su cargo una empresa, por chica o grande que sea, ya saben qué hacer: trabajar, hacer sacrificios y salir adelante. Con el gobierno, sin él o a pesar de él.

fernandomacias@direxion.mx

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