Si bien los neandertales se adaptaron con éxito a las frías y duras condiciones de las estepas, también vivieron en áreas costeras del Atlántico y el Mediterráneo, lugares en los que supieron aprovechar los recursos marinos e incorporar el marisco a su dieta.

Así lo demostró hace tres años, el paleontropólogo portugués João Zilhão, en un estudio basado en la excavación de la cueva de Figueira Brava, al sur de Lisboa, señala DW Español.

El experto indicó que la excavación reveló que no solo los neandertales vivieron allí hace unos 90 mil años, sino que además consumían moluscos, crustáceos, peces y mamíferos como el delfín o la foca gris.

MARISCOS A LA CARTA

El hallazgo sorprendió porque hasta entonces apenas se habían encontrado indicios de que estas prácticas fuesen habituales entre los neandertales.

De hecho, uno de los modelos de evolución humana más extendidos planteaba que los ancestros del Homo sapiens, que vivieron en el África subsahariana y fueron contemporáneos de los neandertales, mejoraron sus capacidades cognitivas gracias al consumo de pescados y mariscos ricos en ácidos grasos omega 3.

El estudio de Zilhão ponía en duda esta hipótesis y demostraba que el consumo de pescado y marisco no fue una diferencia entre ambas especies.

TIENE OTROS DATOS

Hoy, una nueva investigación publicada en Frontiers in Environmetal Archaeology y liderada por la investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes) Mariana Nabais, ofrece nuevos datos sobre los restos hallados en este yacimiento y sus características tafonómicas.

El estudio, basado en el análisis del material zooarqueológico recogido en las campañas de excavación entre 2010 y 2013, revela que el yacimiento contenía gran variedad de restos de moluscos y, sobre todo, una abrumadora cantidad de cangrejos pardos (buey de mar) de gran tamaño.

SIN DEPREDADORES

El análisis de los restos permitió descubrir que la mayoría de los cangrejos eran adultos de gran tamaño, de aproximadamente 16 centímetros y cerca unos 200 gramos de carne.

Estos no presentaban marcas de depredadores (como aves o roedores) ni marcas de caza, lo que los llevó a pensar que habían sido capturados en charcas de marea baja en verano.

(Fotos: Tomadas de DW Español e @iphes)

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