El crimen organizado no tiene freno. Los piquetes a ductos para extraer gas LP del sistema de distribución de Pemex aumentaron 43 por ciento en el primer trimestre del año, al pasar de 478 a 687 casos con respecto al mismo periodo de 2020.

De acuerdo con información del diario Reforma, Puebla es el estado que se ubica en el primer lugar en ese listado, al concentrar el 78 por ciento de las tomas clandestinas de gas LP.

La entidad gobernada por el morenista Miguel Barbosa pasó de 370 piquetes a gasoductos, a 537 en el periodo revisado, añadió Reforma en su información.

El municipio de Tepeaca es el epicentro de los piquetes a ductos de gas a nivel nacional, con 188 casos en el primer trimestre del año.

El crimen organizado utiliza pipas robadas para llevarse el gas.

ROBO CON “MÁS PRECISIÓN”

El robo de gas LP a ductos es más sofisticado que el robo de combustible. Se requiere más precisión en la instalación de la toma clandestina y muchas veces esta es efectuada con el conocimiento del sistema, tanto de presión como del material que se requiere para perforar”, dijo a Reforma un superintendente de Seguridad Física de Pemex.

“Las conexiones de la válvula clandestina colocada al ducto van directas a una pipa, no se recopila en tanque de gas”, detalló.

En los operativos, abundó, han detectado pipas normales que son estacionadas cerca de la toma y son llenadas en fila.

Hemos encontrado hasta seis pipas cercanas a una toma, y esas pipas tienen rotuladas marcas reconocidas, pero son patito, son fachada, y estas son llenadas principalmente de noche”, añadió.

RIESGO DE FUGA DESCONTROLADA

Los delincuentes realizan excavaciones en sembradíos o cultivos por donde pasa el ducto, instalan los ‘niples’ (piezas que sirven para unir tubería), previo a un perforado con el “tapping machine” (taladro que no produce chispas) y después realizan un sellado con abrazaderas y al final con soldadura, proceso que puede provocar una fuga descontrolada de gas, advirtió.

Las pipas distribuyen el gas de manera directa a comunidades de Puebla, mediante amenazas a otros distribuidores del combustible.

También venden el producto a otras gaseras formales que distribuyen el combustible a Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y el oriente del Estado de México.

“También va para la Ciudad de México, Querétaro, u otras partes del centro del país, es un gran negocio para el crimen al que no se le está poniendo freno, por muchos factores, muchos de ellos políticos”, alertó el funcionario.

(Foto: Tomada del diario Reforma)

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