Una investigación de la Universidad de California Riverside determinó que el consumo de aceite de soya podría causar trastornos mentales como el autismo y el alzhéimer, luego de que se descubriera que provoca cambios en distintas zonas del cerebro.

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Los investigadores encontraron que la alimentación habitual con aceite de soya afecta de manera pronunciada el hipotálamo, región del cerebro donde ocurren una serie de procesos críticos para el organismo, señala el portal informativo elbotiquin.mx.

“El hipotálamo regula el peso corporal a través de su metabolismo, mantiene la temperatura corporal, es fundamental para la reproducción y el crecimiento físico, así como su respuesta al estrés”, apunta el estudio publicado en la revista Endocrinology.

Para dicha conclusión se administró a ratones tres diferentes dietas con alto contenido en grasas, las que incluyeron alguno de estos tipos de aceite: aceite de soya, aceite de soya modificado para ser bajo en ácido linoleico y aceite de coco.

Tras el análisis se determinó que “varios genes en ratones alimentados con aceite de soya no funcionaban correctamente”, el resultado fue similar para los que consumieron aceite soya normal y aceite de soya modificado. Además, estos ratones también mostraron una alteración en la producción de oxitocina, la comúnmente llamada “hormona del amor”.

Se cree que este descubrimiento podría tener un impacto no sólo en el metabolismo energético, sino también en un adecuada función cerebral y enfermedades como el autismo, el alzhéimer, la ansiedad y la depresión.

Se indica en la investigación que aún “no hay pruebas de que el aceite cause estas enfermedades”, sin embargo, sí se demuestra que su consumo afecta genes y regiones cerebrales involucradas con el desarrollo de dichos padecimientos.

El estudio menciona que estos hallazgos sólo implican en el aceite de soya, no a otros productos de soya ni a otros aceites vegetales. “Muchos productos de soya sólo contienen pequeñas cantidades de aceite y grandes cantidades de compuestos saludables como ácidos grasos esenciales y proteínas”, por lo que no es necesario eliminar la soya de la dieta, indican los expertos.

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