La ropa en tu armario no es suficiente, no hay un “outfit” adecuado que esconda los más oscuros secretos de tu cuerpo.

El maquillaje no basta, ¿qué se necesita para corregir todo en tu rostro?

Suspiras, todo estará bien ¿verdad?

Vas a la cocina, tomas un vaso de agua, el pela papas está sobre la mesa, pensamientos siniestros invaden tu mente.

Quieres ser una papa, quizá de esa forma sería más fácil modificar tu cuerpo.

Sin pensarlo lo tomas, vuelves a tu habitación y frente al espejo esta tu mayor tormento… tu reflejo.

El pela papas en tu mano y la intención de corregir lo feo para volverlo bello.

Quizá puedas hacerlo, quizá sí funcione, ¿no somos esculturas que pueden moldearse?

Comienzas con un corte en tus brazos, duele, pero eso te dice que lo estás haciendo bien porque al final “la belleza duele”.

Ves cómo el pedazo de carne que comienzas a “pelar” de tu brazo cae, al mismo tiempo que la sangre recorre tu piel, no hay problema, no es sangre, quizá es pintura, quizá sea que ya te estás volviendo una bella obra de arte.

Entusiasmadx sigues con el otro brazo, quizá eso sea suficiente… Ya no se ven tan gordos, pero… ¡Espera! ¿y tus muslos? Seguramente los pantalones se verían mejor si no te sobrará un poco de carnita…

No tienes dudas, comienzas a pelar la piel de tus muslos de arriba para abajo, pero con cuidado, no quieres que tus muslos queden sin forma.

Sin pensarlo mucho sigues ese camino a tu vientre, la “cintura de avispa” nunca esta demás. ¡Qué buen trabajo! Ya casi estás listx, pero…. ¿y tu rostro?

Un rostro hermoso siempre inspira más confianza ¿no quieres que confíen en tí?

Quizá el pela papas ya no sea suficiente, tomas un cuchillo, igual es un bisturí más casero ¿no?

Un corte por aquí, otro por allá, esos pómulos no los tendrá nadie más, no te olvides de la nariz, refinada y alzada, no desesperes, ya casi terminas.

Sin poder caminar te acercas a tu armario, te pones el vestido que compraste y lo luces genial, eso era lo que necesitabas.

El charco de “pintura” en el piso, las lágrimas en tu rostro y tu reflejo te lo dicen. “Hiciste un buen trabajo”, ya estás listx para una buena foto.

Y al sonar el click, caes, despiertas, todo está bien, fue un sueño, un sueño que en el fondo quizá quieres que sea real, quizá así de fácil pudieras modificar tu cuerpo.

Volteas al buró para tomar tu celular, y junto a él está tu el pela papas, quizá los sueños se hagan realidad…

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