Para entender acerca del origen de padecimientos como el sarampión, es necesario remontarse al descubrimiento de la vitamina A.

Esta se descubrió en 1913 mediante un experimento en que demostró que si se usaba la manteca de cerdo como única grasa en la dieta alimentaria de los animales jóvenes su crecimiento se retrasaba en cambio si se reemplazaba con mantequilla, era más su crecimiento y engordaban.

Se descubrió que la sustancia que tenía la mantequilla y la grasa de cerdo no, también la tenían la yema de los huevos y el aceite de hígado de bacalao. A esta sustancia se le nombró vitamina A, dice un artículo del diario Debate.

Tiempo después se encontró que muchos alimentos de origen animal contenían vitamina A en forma de un pigmento amarillo, el caroteno, que se convierte en vitamina A en el cuerpo.

La vitamina A es una vitamina liposoluble que se almacena en el hígado.

DOS TIPOS

Existen dos tipos diferentes de vitamina A:
  • Vitamina A preformada se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves de corral y productos lácteos.
  • La provitamina A, se encuentra en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. El tipo más común de provitamina A es el betacaroteno.
  • Esta vitamina ayuda principalmente a la formación y mantenimiento de los dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y piel sanos.

La carencia de vitamina A, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), afecta de manera frecuente a los ojos y puede conducir a la ceguera.

Es común que las personas con carencia de vitamina A presenten xeroftalmía, que significa sequedad de los ojos, es el término que se utiliza para incluir las manifestaciones oculares resultantes de la falta de vitamina A.

EL SARAMPIÓN

Se ha encontrado también que la carencia de vitamina A también se ha relacionado con una mortalidad más alta en niños que enferman de sarampión.
  • La FAO explica que se ha demostrado que animales de laboratorio con dietas carentes de vitamina A pueden influir en la presencia de infecciones agudas.
  • Aparte del ojo, la carencia de vitamina A también afecta adversamente las superficies epiteliales, y se asocia con un aumento en la incidencia de ciertos tipos de cáncer, incluso el cáncer de colon.
  • La carencia de vitamina A en casos extremos puede conllevar a la destrucción de la córnea y a la ceguera, esto se observa principalmente en niños cuando la carencia es sumamente elevada. Esta enfermedad algunas veces se denomina queratomalacia.
  • De acuerdo a Nutri-Facts.org, se debe sospechar de carencia de vitamina A cuando se tiene dificultad adaptarse a la oscuridad o para ver en la oscuridad.
  • La falta leve de vitamina A puede derivar en lesiones leves en la comisura de los ojos. Una deficiencia grave o prolongada de vitamina A causa cambios en las células del revestimiento transparente del ojo (córnea) que acaban derivando en úlceras corneales y en ceguera.
  • Si sospechas que tienes una carencia de vitamina A, un médico puede determinarlo y recetar algunos suplementos alimenticios para contrarrestar este problema y evitar que avance a una complicación mayor.

(Foto: Tomada de Pixabay)

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