El patrimonio cultural de origen religioso y espiritual se ha convertido en un producto de alto valor agregado que mueve a 330 millones de turistas cada año hacia estos sitios, con lo cual activan servicios de alojamiento, transporte, alimento, en pocas palabras, una industria multimillonaria.

El impacto económico del tránsito anual de estas personas movidas por su devoción o curiosidad por constatar leyendas o hechos históricos en el mundo representa casi 20 por ciento del turismo mundial, según estimaciones de la Organización Mundial de Turismo (OMT), citadas por la agencia Notimex.

[read more=”Leer más” less=”Leer menos”]

Reportes de The International Conference on Religious Tourism, World Religious Travel Association y la World Tourism Organization, coinciden que el tamaño de la industria de los viajes de Turismo Religioso genera 18 mil millones de dólares cada año.

Centros religiosos mundiales como los de la Virgen Aparecida (Brasil), Lourdes (Francia), Santuario de Fátima (Portugal), Czestochowa (Polonia) Lugares Santos (Israel), La Meca (Arabia Saudita) y Tirupati (India) reciben en su conjunto a unos 18 millones de visitantes al año.

En un comunicado, el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, indicó que “el crecimiento del turismo en los últimos años confirma que el sector es hoy uno de los motores más poderosos de crecimiento y desarrollo económico a nivel global”. La cita incluye, por extensión, el turismo con carácter religioso.

Por lo que “tenemos la responsabilidad de gestionarlo de manera sostenible para traducir esta expansión en beneficios reales para todos los países, y en particular, para todas las comunidades locales, creando oportunidades de empleo y emprendimiento y sin dejar a nadie atrás”, añadió.

Según el estudio “Turismo Religioso: Fenómeno Social y Económico”, de las especialistas Sandra Maribel Tobón y Natalia Tobón, este segmento ha captado el interés entre académicos y empresarios por las dinámicas que ha generado en las comunidades receptoras de visitantes.

A decir de las investigadoras, “el turismo religioso es un fenómeno que tiene su antecedente en el peregrinaje a centros religiosos”, donde el paseante participa en misas, procesiones y muestra su devoción, pero además busca el crecimiento personal, el intercambio cultural, el desarrollo espiritual y cultura general.

Sitios que tienen carácter religioso como La Meca, Jerusalén o Roma se encuentran entre los más visitados en el mundo.

En tanto, el interés cultural motiva al paseante a constatar la existencia de centros históricos o profundizar en el origen de la religión, por lo cual este segmento del turismo se ha convertido en punto importante de desarrollo económico de las ciudades con sitios religiosos.

En Semana Santa, días de luto y celebración para la religión católica, el turismo religioso coadyuva en la economía de los países que impulsan este segmento.

En torno a esta rama del turismo, en 2006 surgió en Brasil el Congreso Internacional de Turismo Religioso y Sustentable, que este año llegará a su XV edición, y donde se reúnen expertos en la materia para establecer relaciones con otros países e impulsar mediante diversos objetivos al sector.

Cinco ediciones se realizaron en Argentina, una en Bolivia, una en Honduras y este año regresará a Brasil, entre el 10 y el 12 de julio venidero. Para 2020 dos ciudades de América y tres de Europa solicitaron ser los anfitriones de este encuentro de talla internacional, según el portal oficial congresoturismoreligioso.com.

Según estadísticas generales del sector de la OMT, las llegadas de turistas internacionales en el mundo (los que pernoctan) aumentaron seis por ciento hasta llegar a mil 400 millones el año pasado, cifra superior al crecimiento de 3.7 por ciento de la economía mundial.

Oriente Medio con 10 por ciento más, África con siete por ciento más, Asia y el Pacífico y Europa, ambos con seis por ciento más, lideraron el crecimiento en 2018, mientras que las llegadas al continente americano se situaron por debajo del promedio mundial y registraron un crecimiento de solo tres por ciento.

Por regiones, en Europa el arribo de turistas llegó a 713 millones en 2018, es decir, seis por ciento más que en 2017; en tanto, Asia y el Pacífico reportaron 343 millones de llegadas de turistas internacionales, en el sudeste asiático siete por ciento más, seguido del noreste de Asia, con seis por ciento, y el sur de Asia con cinco por ciento. Oceanía mostró un crecimiento más moderado de tres por ciento.

Las Américas con un crecimiento de tres por ciento, registraron 217 millones de llegadas internacionales en 2018, con resultados mixtos en todos los destinos. El crecimiento fue liderado por América del Norte (4%), seguido por América del Sur (3%), mientras que América Central y el Caribe disminuyeron dos por ciento.

[/read]

Compartir