Son agricultoras, ganaderas, enfermeras, productoras y exitosas emprendedoras.

Son las mujeres rurales de Guanajuato cuya labor hoy es imprescindible y que son el fiel reflejo de que han dejado atrás los estereotipos que las encasillaban únicamente en el cuidado del hogar y de sus familias.

Ejemplos hay muchos en nuestro Guanajuato, donde se observan a mujeres que toma un papel más protagónico en el campo y en sus comunidades.

Con sus manos trabajan la tierra, crían a sus animales de traspatio, crean sus huertos y cultivan sus vegetales.

Son parte de las nuevas generaciones que han ido más allá y transforman los alimentos, los ponen a la venta, crean sus propias micro, pequeñas y medianas empresas.

Además, motivan y capacitan a otras mujeres para que también se conviertan en dueñas de sus decisiones.

DETONADORAS DEL CAMBIO

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Mujer Rural este 15 de octubre, muchas mujeres han cambiado el panorama del campo de Guanajuato.

Con el apoyo del Gobierno estatal, estas mujeres rurales están cambiando su mentalidad y potencializan sus habilidades.

Todo con el fin de que sean detonadoras del bienestar de sus familias, pero también promotoras del cambio de sus comunidades.

El objetivo del Día Mundial de la Mujer Rural es enfatizar la imprescindible labor que realizan las mujeres en el campo y visibilizar las diferencias sociales y económicas que enfrentan y en las que se debe trabajar para disminuir.

MARISOL, 39 AÑOS DE VIDA EJEMPLAR

A este compromiso se suma el Gobierno de la Gente, a través de la Secretaría del Campo, liderada precisamente por una mujer: Marisol Suárez Correa quien trabaja la tierra desde hace 39 años y se convirtió en emprendedora.

En Guanajuato, de acuerdo con el Censo Agropecuario 2022 del INEGI, 642 mil 959 personas laboran en actividades agropecuarias o forestales.

De esta cifra, 107 mil 223 son mujeres en el medio rural. Es decir, más de 107 mil mujeres rurales para quienes se diseñan políticas públicas que dignifiquen sus tareas en el campo y les reconozcan como sostén imprescindible de sus familias.

ANA KAREN INICIÓ CON UN HUERTO

Ana Karen Mancera García, de la comunidad de San Elías en Celaya, es otro gran ejemplo de cómo la mujer rural debe “cambiarse el chip”.

Para ella, lo importante es identificar sus fortalezas y saberse capaz de todo lo que puede lograr “porque ya lo hacemos, somos capaces de emprender, de dar empleo, de sustentar a nuestras familias”.

De 31 años y madre de dos adolescentes y sostén de su familia, Karen recordó que hace 15 años nació su inquietud por hacer más dentro de su hogar.

Inició con la creación de un huerto orgánico que rendía frutos para el consumo familiar. Luego, con apoyo del Gobierno estatal lo hizo crecer e instaló un macrotúnel.

Actualmente, su huerto produce hasta 20 cajas de jitomate cada cuatro meses y le da empleo a dos familias que cuidan y dan mantenimiento al lugar.

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