En los rincones más profundos del océano y en las cumbres más altas de las montañas, los microplásticos han dejado su huella indeleble.

Están presentes en alimentos, agua potable y hasta en nuestra propia sangre, permeando prácticamente todos los aspectos de nuestro entorno, señala el informativo alemán DWW Español.

De hecho, la cantidad de partículas de microplástico supera ahora el número de estrellas en nuestra galaxia, según estimaciones de la ONU.

Estos diminutos fragmentos de plástico se dispersan por el aire, el agua y la tierra, y una vez que ingresan al medio ambiente, son imposibles de eliminar.

AMENAZA PARA TODOS

Al no descomponerse naturalmente, representan una amenaza para la vida silvestre y las plantas durante siglos, ingresando incluso en nuestra cadena alimentaria.

A pesar de esto, los efectos precisos en nuestra salud aún no han sido completamente investigados.

Actualmente, se calcula que cada año se liberan en la Unión Europea (UE) 42 mil toneladas de microplásticos añadidos intencionadamente a los productos.

“Por eso es tan importante impedir que lleguen al medio ambiente”.

Johanna Bernsel, responsable de prensa de la Comisión Europea.

MEDIDAS EXTREMAS

En respuesta a la problemática, la Unión Europea ha implementado medidas bajo la normativa REACH sobre sustancias químicas dañinas.

Esta medida prohíbe la venta de microplásticos y productos que contengan intencionalmente estas partículas en la UE.

La prohibición abarca una amplia gama de productos como:

  • Maquillaje
  • Cosméticos
  • Detergentes
  • Pesticidas
  • Fertilizantes
  • Juguetes
  • Medicamentos
  • Gránulos utilizados en superficies deportivas artificiales

Es importante destacar que la prohibición no se aplica a materiales de construcción que contienen microplásticos pero no los liberan, ni a productos utilizados en instalaciones industriales.

Sin embargo, los fabricantes deben proporcionar información sobre sus emisiones estimadas de microplásticos y ofrecer pautas sobre cómo utilizar y eliminar los productos que los contienen para evitar su liberación.

Esta prohibición se aplica tanto a los productos fabricados dentro de la UE como a las importaciones de productos que contienen microplásticos procedentes del extranjero.

TRANSICIÓN GRADUAL

Para ciertos productos, como las microperlas, la purpurina suelta y algunos cosméticos, la prohibición de venta comenzará a aplicarse a partir de mediados de octubre.

En el caso de otros productos, habrá un período de transición que varía de cuatro a doce años, dependiendo de la complejidad de la producción y la disponibilidad de alternativas sin microplásticos.

Para los materiales de relleno, como los gránulos utilizados en campos deportivos, se ha establecido un período de gracia de ocho años para permitir que los operadores cambien a alternativas.

Esto coincide con el ciclo de vida de la mayoría de las instalaciones deportivas existentes, que deberán reemplazar sus revestimientos de suelo de todos modos.

(Fotos: Tomadas de DW Español)

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