Cuatro extranjeros de diferentes países que llegaron a la Ciudad de México con un objetivo: suicidarse.Susano Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México, explicó: “No se conocían entre ellos, no eran del mismo país de origen, las edades son diferentes, ninguna persona es de más de 60 años, el más joven de 35 y el más grande de 45”.De acuerdo con un reportaje de Noticieros Televisa, el primer caso se documentó a finales de 2015. Los últimos dos suicidios ocurrieron en marzo de este año. Las víctimas tenían nacionalidades de Rusia, Turquía, Italia y Dinamarca.En los cuatro casos hay una serie de similitudes, todos planearon con antelación el viaje a México. Por separado, buscaron páginas en internet que refieren formas de suicidarse, dijo el reportaje.Todos ellos pagaron por adelantado varios días de hospedaje en diferentes hoteles de la Ciudad de México y colocaron letreros de no molestar. Todos utilizaron un potente anestésico de uso veterinario para quitarse la vida. Ninguno dejó recado póstumo y algo extraño, la necropsia arrojó que no padecían alguna enfermedad terminal que pudiera ser motivo para el suicidio.Entrevistada por Televisa, Rocío López Orozco, perito en psicología, dijo que “es una situación lamentable, pero la gente cada vez más está optando por el suicidio porque hay escasos elementos que les ayuden a obtener satisfactores de vida”.Los cuatro extranjeros descubrieron que en México podían conseguir fácilmente el anestésico de uso veterinario que necesitaban para suicidarse, según descubrió el reportaje.Susano Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México, explicó que solo a través de la venta informal pudieron conseguirlo. “De los cuatro casos que tenemos, ninguno tenía una receta prescrita. Ellos lo consiguieron a través de internet”, dijo a los reporteros de Televisa.En la web es fácil encontrar vendedores que ofertan el anestésico sin ningún tipo de regulación, dijo la nota.Para adquirir el medicamento en un establecimiento se requiere de una receta expedida por un veterinario certificado. Sin embargo, existe un mercado negro.El reportero de Televisa acudió a la comunidad conocida como Melchor Ocampo, en el Estado de México, para comprar el medicamento sin receta. La obtuvieron de manera fácil.Por 388 pesos obtuvieron la sustancia prohibida: un frasco de 100 mililitros como el que usaron los cuatro extranjeros.Puede venderse a cualquier persona de cualquier edad, lo único que hay que tener es el costo del producto más cien pesos, por la receta cuantificada. Es un anestésico que paulatinamente ha entrado en desuso. Los veterinarios lo usan para el sacrificio de los animales.La nota descubrió que hay un mercado ilícito de este producto de uso delicado, que están utilizando personas para quitarse la vida.Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México, considera que “hay que alertar a la población, alertar a la autoridad, sobre todo, a las autoridades sanitarias y Procuradurías. A los servicios médicos forenses de la República mexicana, que les pueden llegar casos”.Aquí puedes consultar el reportaje completo Compartir