No dormir lo suficiente y con calidad provoca alteraciones que pueden ir desde subir de peso, debilitar el sistema inmunológico hasta el aumento del riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión.

Además, las personas son más vulnerables a la depresión y a la ansiedad y la función cognitiva se ve afectada y se acelera su proceso de envejecimiento. Pero también puede provocar la aparición de enfermedades más graves.

Dormir es un proceso fisiológico que las personas realizan durante un tercio de sus vidas; lo requieren para pensar claramente, reaccionar rápido y asentar la memoria, dice al diario El Debate, Ulises Jiménez Correa, psicólogo e investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.

El pasado viernes 19 se celebró el Día Mundial del Sueño, pues el dormir, además de ser un placer, es uno de los tres pilares de la buena salud, junto con una dieta equilibrada y la actividad física regular.

DORMIR NORMAL, POCOS MALES

Las personas que duermen sin interrupciones presentan tasas más bajas de hipertensión, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas, lo cual es vital en el contexto por la pandemia de Covid-19.

Se habla de que una persona padece un trastorno del sueño cuando al levantarse se siente cansada, con sueño, durante la mañana, y el malestar continúa durante todo el día, pues padece de un sueño de mala calidad, añade la información de Debate.

Los trastornos del dormir se refieren a enfermedades que podemos presentar cuando estamos dormidos, una diminución en la calidad del sueño o enfermedades que se presentan durante el día que no nos permiten mantenernos despiertos en promedio 16 horas, explicó Ulises Jiménez Correa.

HASTA 100 ENFERMADES DEL SUEÑO

Los síntomas primordiales de los trastornos del dormir son el insomnio y la somnolencia, de estos síntomas pueden existir una cantidad importante, ya que existen casi 100 enfermedades del sueño, además de la restricción, problemas respiratorios que se acompañan del síndrome de apnea obstructiva del sueño, es decir, pausas que tenemos mientras dormimos y durante las cuales dejamos de respirar, informó.

La importancia de reconocer que nuestro sueño no es de calidad radica en que hay que buscar ayuda precisamente para que nuestra calidad de vida se mantenga en buenos puntos y eso nos permita ser funcionales a lo que nos dediquemos durante el día: escuela, trabajo, relaciones familiares o todo eso en conjunto”, indicó.

HORAS VARIABLES

De acuerdo con el investigador, las horas adecuadas y sanas para dormir varían de persona a persona de acuerdo al rango de edad:
  • Un recién nacido podría dormir 16 horas cada día
  • Un niño en edad preescolar de 12 a 13 horas
  • Un infante en edad escolar y adolescente entre 9 y 11 horas
  • Un adulto joven entre 7 y 9 horas
  • Un adulto mayor generalmente duerme entre 6 y 7 horas por noche.

“Independientemente del tiempo que uno duerma, lo importante es que te levantes descansado, que tengas energía y que eso se mantenga durante la mañana y la tarde”, comentó el psicólogo.

ATRASO DEL SUEÑO

Sobre las personas que duermen demasiado tarde, ya en la madrugada o a punto de amanecer, y se despiertan demasiado tarde, después del mediodía, padecen del síndrome de fase atrasada del sueño, una de las casi 100 enfermedades del sueño.

Un síndrome más común en adolescentes y adultos jóvenes que no tienen actividades a que levantarse temprano por la mañana, por lo cual se les desfasa el sueño entre la televisión, la computadora, las redes sociales y/o el celular.

Se vienen durmiendo a las cinco, seis de la mañana, se levantan a desayunar a las dos de la tarde, comen a las ocho de la noche, cenan a las cuatro, cinco de la mañana, es decir, el sueño ya se desincronizó con la noche, y lo malo es que también dormir de día no es lo mejor, porque hay más temperatura, hay más ruido, se tienen que controlar esas variables para que uno pueda dormir mejor”, por lo que estos pacientes, aunque duerman mucho tiempo, su sueño también es de mala calidad, dice el especialista.

De acuerdo con Jiménez Correa, las consecuencias en la salud de no dormir adecuadamente son subir de peso, la debilitación del sistema inmunológico, el aumento en el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares e hipertensión, etcétera, se presentan de manera variada en cada individuo, pues depende de variables que interfieren, como la edad del paciente, su sexo, sus condiciones psicosociales, e incluso los factores genéticos, para que contribuyan a que estas enfermedades se presenten en un corto plazo o no.

(Foto: Tomada del diario Debate)

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