El Papa Francisco se embarcó este viernes en la primera visita de un Pontífice a Irak, el viaje más arriesgado desde su elección en 2013, afirmando que se sentía obligado a hacer la visita “emblemática” porque el país había sufrido mucho durante demasiado tiempo.

Su primera parada después de que su avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Bagdad fue reunirse con el mandatario iraquí, Barham Salih, en el palacio presidencial, donde una alfombra roja, una banda militar y unas palomas recibieron al Pontífice, consignaron agencias de noticias.

Irak desplegó a miles de efectivos de seguridad adicionales para proteger al Papa de 84 años durante la visita, que se produce después de que una serie de ataques con cohetes y atentados suicidas hicieran temer por su seguridad.

Una caravana con decenas de vehículos acompañó a Francisco desde el complejo aeroportuario, que ha sido atacado recientemente con proyectiles por grupos milicianos.

ALEGRA REGRESAR A VIAJES

“Estoy contento de volver a hacer viajes”, dijo en breves comentarios a los periodistas a bordo del avión. La pandemia de coronavirus le ha impedido viajar y la de Irak es su primera salida de Italia desde noviembre de 2019.

“Este es un viaje emblemático y es un deber hacia una tierra que ha sido martirizada durante tantos años”, dijo Francisco, antes de ponerse un cubrebocas y saludar a cada reportero individualmente, sin estrechar la mano.

Francisco, que suele insistir en usar autos simples y pequeños en sus viajes, fue conducido al palacio en un BMW sedán blindado, dijeron funcionarios de seguridad.

PROBLEMA DE CIÁTICA

Mientras andaba junto al presidente, se vio cómo Francisco cojeaba de forma destacada, lo que indica que su ciática podría estar molestándole otra vez. Su salud le obligó a cancelar varios eventos este año.

El viaje relámpago de Francisco le llevará en avión, helicóptero y posiblemente en coche blindado a cuatro ciudades, incluyendo zonas a las que la mayoría de los dignatarios extranjeros no pueden llegar, mucho menos en un espacio de tiempo tan corto.

Francisco celebrará una misa en una iglesia de Bagdad, se reunirá con el principal clérigo musulmán chií de Irak en la ciudad meridional de Nayaf y viajará al norte, a Mosul, donde el año pasado el ejército tuvo que vaciar las calles por motivos de seguridad para una visita del primer ministro de Irak.

Francisco exhortó a las autoridades iraquíes a valorar a sus minorías religiosas como la cristiana y considerarlas un “recurso precioso” que proteger, no un obstáculo que eliminar, al comenzar la primera visita papal a Irak con un llamado a la tolerancia y la fraternidad.

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