No hay condiciones ni físicas ni financieras. Una evaluación del Instituto Mexicano del Petróleo dictaminó que la refinería de Dos Bocas, Tabasco, que quiere construir el Presidente Andrés Manuel López Obrador es inviable técnica y financieramente como está planteada.

No obstante, el tabasqueño descalificó el reporte al afirmar que “no tiene fundamento”, toda vez que “el instituto está acompañando a Pemex en todo el proceso de construcción en la nueva refinería”.

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El documento del IMP, publicado por el diario Reforma, señala que, sin ningún tipo de retraso, el costo de la refinería sería de 14 mil 740 millones de dólares, superior a los 8 mil millones de dólares calculados en un inicio.

El IMP planteó dos escenarios para el análisis de la refinería con capacidad para 340 mil barriles diarios: el primero, con una inversión 100 por ciento originada con recursos públicos y el segundo, con 30 por ciento de inversión pública y 70 por ciento con algún tipo de financiamiento pagadero en 15 años, a una tasa conservadora.

Bajo el primer escenario, la refinería no es viable para un periodo de 20 años de operación, señala el documento obtenido por Reforma.

“Los ingresos por venta de productos y subproductos no cubren los costos de inversión, operación, mantenimiento e impuestos que se ejercerían por la operación de la infraestructura en un periodo de 20 años”, señala el documento publicado.

La única alternativa que plantea el IMP para que el proyecto no genere pérdidas es reducir la inversión a 13 mil 808 millones de dólares y ubicarla en Tula, Hidalgo.

En Tabasco los costos son mayores porque sería necesario invertir en acondicionamiento y cimentación para soportar los equipos más robustos de las plantas, así como sacar infraestructura que pertenece a la Administración Portuaria Integral (API) de Dos Bocas.

El segundo escenario, agrega, tiene viabilidad, pero limitada.

Señala que si se hace partícipe de alguna forma a entes privados con algún tipo de financiamiento, el proyecto debe contar con estudios técnicos, económicos y ambientales que avalen probabilidad de éxito.

Esto implicaría mayor tiempo para el desarrollo preoperativo y reduciría el margen de rentabilidad.

El proyecto requiere un año de planeación y cuatro de construcción, por lo que la refinería arrancaría en 2024.

(Foto: Tomada de XEVATabasco)

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