El municipio de Jojutla, en el estado de Morelos, el más golpeado por el terremoto de 7.1 grados que dejó decenas de muertos se está quedando solo.
Un reporte del diario Reforma indica que cada vez hay menos voluntarios y sus residentes temen quedar solos en el abandono.
El reporte de Reforma indica que, por ejemplo, el Hotel Imperial que cobraba tarifa de mil 150 pesos por habitación la bajó a 700 en una señal de cómo el municipio morelense se esta quedando en el abandono.
No hubo las camionetas con jóvenes de pico y pala que pasaran cantando el “Cielito lindo”, ni las brigadas de ingenieros que un día antes iban a la zona cero, ahí donde según el alcalde, Jesús Sotelo, hay más de 2 mil casas destruidas y hasta 80 por ciento de los negocios cerrados, dice la nota de Reforma.
“Desde ayer (domingo) no hemos recibido ninguna despensa”, lamentó Alma Esther Álvarez, voluntaria en el refugio de la Alameda, uno de los cuatro habilitados en Jojutla, consigna Reforma.
Ahí, uno de los 20 en todo el estado, comen mil 200 personas y duermen 200 cada noche, según el representante del DIF, Rogelio Figueroa. El resto se regresa a sus casas, aunque algunos tengan que dormir afuera porque ya son inhabitables.
Algunos se tratan las crisis nerviosas o la hipertensión en la clínica gratuita que montaron estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que también se marcharan este martes.
“Invitamos a otros estudiantes a que vengan, no es bueno dejar a la población sin este tipo de servicio”, dijo Nelly Esparza a Reforma.
El lunes después del temblor amaneció muerto. A pesar de que comenzó el censo oficial de casas dañadas. Antes habían pasado las brigadas de jóvenes, luego el Colegio de Ingenieros y ahora los de la Sedatu, haciendo casi las mismas preguntas y dando el mismo veredicto y la misma falta de respuesta: la casa no es habitable, pero no sabemos cuándo será la demolición ni cómo el apoyo, añadió la nota de Reforma.
La Federación de Asociaciones Civiles y Organizaciones Sociales (FAOS) montó una carpa para hacer su propio censo de comercios destruidos. Su presidente, Israel Rafael Pérez, calculó unos 5 mil negocios afectados. “Esto no se recupera ni en un año”, dijo a Reforma.
La señora Guillermina Paz tuvo que abandonar su centro de copiado. Todavía trae vendada una mano. En el primer temblor perdió el negocio, con la réplica del sábado se rompió el brazo.
El municipio, cuya sede tendrá que ser demolida, sacó sus escritorios y se instaló en la plaza a expedir actas de defunción y de nacimiento.
El abandono fue comentado por la responsable de comunicación del municipio: “Lo que pasa es que esto va disminuyendo poco a poco, poco a poco, hasta que nos quedamos solos”.
Después del sismo, las notas periodísticas comparaban a Jojutla con una zona de guerra por sus casas destruidas, el polvo, la basura y el cascajo. A partir del lunes, dice la nota de Reforma, con escenas parecidas, se podría de decir que comenzó otra guerra, contra el abandono.
Una imagen que circula en redes sociales muestra cómo un voluntario sin pierna se esfuerza por ayudar a la reconstrucción de Jojutla.
(Foto: Tomada de Twitter @jgsantoys21)