La mayor tragedia del terremoto de 7.1 grados del martes ocurrió en la escuela Enrique Rébsamen, ubicado en Villa Copada, al sur de la Ciudad de México (CDMX).

Hasta la noche del martes las cifras oficiales eran de 26 niños y cuatro adultos fallecidos y 30 menores y ocho adultos que estaban en calidad de desaparecidos.

A ese plantel educativo privado llegó el Presidente Enrique Peña Nieto a fin de supervisar las labores de rescate entre los escombros junto con el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Peña afirmó que más de 500 elementos del Ejército y de la Secretaría de Marina, así como 200 servidores de Protección Civil trabajan para tratar de salvar a las personas.

Los niños que fueron sacados de los escombros estaban siendo trasladados al hospital Ángeles en Acoxpa, mientras otro grupo se concentraba con sus maestras en la tienda Oxxo de División del Norte.

Las escenas eran patéticas: padres de familia desesperados por ver a sus pequeños con vida, mientras rescatistas laboraban en una carrera contra el tiempo a fin de rescatar a los pequeños atrapados.

La escuela se convirtió en la imagen de la tragedia al desplomarse la parte frontal lo que atrapó a adultos y niños que ahí convivían diariamente como consecuencia del sismo.

La maestra Fátima Navarro es el rostro del drama. Desde el colapso del edificio, la docente se mantuvo en comunicación desde su celular en medio de los escombros.

La brigada de Rescate Topos Tlatelolco la liberó y de inmediato fue llevada al Hospital Ángeles.

De acuerdo con la herramienta Google Maps, la parte colapsada era al menos una estructura de tres niveles, en la parte frontal que da hacia la calle.

La escuela privada impartía clases para los niveles prescolar, primaria y secundaria.

Está asentada en un predio que ocupa casi la manzana completa de las calles Rancho Tamboreo y Calzada de las Brujas, en Coapa.

El colegio, de acuerdo con sus anuncios, está incorporada a la SEP, mediante el Número de registro 84281.

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