Detrás de la exigencia y la belleza de la gimnasia, cuerpos y mentes maltratadas. Tras el enorme escándalo de violencia sexual que destrozó a este deporte en Estados Unidos, especialistas del mundo entero han denunciado su violencia física y psicológica: privación de la comida, golpes y humillaciones.

En 2015 saltó el escándalo en Estados Unidos: Larry Nassar, médico del equipo estadounidense, había agredido al menos a 265 deportistas durante 20 años. Fue condenado a penas acumuladas de 140 años de prisión. Entres sus víctimas hubo varias campeonas olímpicas, entre ellas Simone Biles, recordó la agencia AFP.

Hace unos meses fue John Geddert, entrenador del equipo estadounidense campeón olímpico en 2012, quien se suicidó unas horas después de ser declarado culpable de “trabajo forzado” y agresiones sexuales a gimnastas en Michigan.

INFIERNO EN EL DEPORTE

Más allá de estos depredadores, la exigencia de un deporte muy criticado por sus métodos de entrenamiento a veces convierte la vida de las gimnastas en un infierno.

“La primera vez que me dijeron que estaba gorda tenía 11 años y pesaba 22 kilos”, recuerda una gimnasta australiana en un informe de la Comisión Australiana de Derechos Humanos (AHRC), publicada recientemente.

Poco antes, antiguas gimnastas griegas escribieron al presidente de su país explicando maltratos “parecidos a la tortura”.

En Gran Bretaña, en el seno del grupo ‘Gimnastas para el cambio’, 17 antiguas deportistas atacaron a la Federación Británica.

EL SUFRIMIENTO DE NADIA

¿Y qué decir del icono absoluto de la gimnasia y su legendario 10 en los Juegos de Montreal 1976, la rumana Nadia Comaneci? En una reciente obra basada en los archivos de la seguridad de su país se cuenta el calvario: golpeada, hambrienta, castigada y vigilada.

Philippe Liotard, sociólogo y antropólogo del deporte, procede de Saint-Etienne, donde está implantado un importante centro de gimnasia en Francia. Recuerda una visita en 2009.

Cuenta que hubo un “momento importante y violento” que percibió “en la mirada de las pequeñas” tras haberles dicho que “hay cosas que no son aceptables” sobre “la relación con la alimentación, la vigilancia y el aislamiento con respecto a los padres”.

CULTURA DEL MALTRATO

Meter a alguien en la ducha forma parte de las técnicas de humillación, es una manera de tomar completamente el poder sobre una persona”, explica a la AFP.

En un deporte acrobático en el que las deportistas suelen ser muy ligeras, “los controles de peso ya son en sí mismo maltrato”, afirma Liotard.

La fiscalía de Saint-Etienne acaba de abrir una investigación sobre violaciones y agresiones sexuales en los años 80 y 90.

Recientemente dos entrenadores franceses de gimnastas belgas, Marjorie Heuls e Yves Kieffer, fueron imputados por “una actitud abusiva” en su búsqueda del rendimiento, por una comisión de investigación.

“Reconocemos que nuestra perspectiva estaba demasiado centrada en el rendimiento. Haciéndolo, dañábamos a las gimnastas”, lamentaron, pidiendo disculpas.

FORMADAS CON DOLOR

Yves Kieffer dirigió a Emilie Le Pennec, única campeona olímpica francesa, en barras asimétricas en Atenas-2004.

Como nota de esperanza, hace algunos años Liotard vio a una joven generación de entrenadores que dijo:

Fuera de cuestión el maltrato, no estamos aquí para maltratar, fuimos formados en el maltrato”.

Incluso la famosa escuela Li Xiaoshuang, en la provincia de Hubei (China), a la que la AFP tuvo acceso, promete “una gimnasia feliz”. “Ahora todo es más relajado”, aseguró su vicepresidenta.

(Foto: Tomada de la agencia AFP)

Compartir