En el año 1969 el cantautor español Joan Manuel Serrat compuso y cantó una canción muy exitosa que, años después cantaría Diego Torres, “Penélope”

La letra cuenta la triste historia de una chica llamada Penélope que es abandonada en la plenitud de su juventud por su amante, quien se ve obligado a partir en un largo viaje, no sin antes prometer que volverá por ella antes de sean viejos.

La chica acepta su destino y permanece fiel incontables años, siempre esperando a su amante siempre sentada en un banco en la estación del tren, tejiendo sueños en su mente y con la esperanza de que vuelva aquel que se marchó.

El tiempo pasa, Penélope envejece, pero nunca olvida a su amor y continúa en su espera.

Un día, muchos años después y contra todo pronóstico, su amante regresa y se descubre ante ella, Penélope con sus ojos llenos de ayer lo mira, pero no lo reconoce, no era así su cara ni su piel, le sonríe y le dice: “no eres quien yo espero”

Esta triste historia está basada en la Odisea, un poema épico griego de hace casi 3000 años escrito por Homero.

En el poema, Penélope es la esposa del héroe Odiseo quien debe partir a la guerra de Troya.

Él le jura al zarpar en su barco que regresará pronto, se espera que la guerra dure un año o dos, pero al final el conflicto termina durando 10 años y para empeorar las cosas durante una de sus aventuras el héroe hace enfadar a los dioses, y lo condenan a vagar por el mar y para cuando Odiseo logra llegar con Penélope ya han pasado 20 años.

Durante su ausencia la fiel Penélope nunca pierde la esperanza que su esposo volverá, y espera con ansias cada nuevo barco que llega al puerto esperando el regreso de Odiseo, y cuando la intentan obligar a que tome otro esposo, ella pone de condición que lo hará cuando termine de tejer un tapiz, ocultando que lo que teje de día lo desteje en la noche para alargar la espera de su amante.

Como Penélope tiene muchos pretendientes, Odiseo teme que si se revela antes de tiempo lo matarán, por esta razón, la diosa Atenea lo transforma en un anciano mendigo para que logre llegar a su hogar sin que nadie lo descubra.

Penélope se encuentra con Odiseo finalmente después de dos décadas de espera, pero no lo reconoce porque lo ve como un anciano.

Serrat toma los elementos esenciales de la historia para traerlo a los tiempos modernos.

Ambas ausencias duran mucho tiempo y así como en la historia, Penélope suspira por la entrada de cada barco, en la canción es por la espera de cada tren.

Una Penélope teje un tapiz durante la espera, mientras que la otra teje sueños en su mente, y cuando lo que ambas han anhelado se cumple, son incapaces de reconocer a sus amantes al verlos viejos y cambiados.

Ambas historias se diferencian por el final, en el poema, la diosa Atenea le devuelve a Odiseo la juventud y Penélope cumple su sueño anhelado, pudiendo vivir juntos durante el resto de su vida.

En la canción la chica nunca reconoce a su amante ya que es probable que haya perdido la cordura, el hombre se marcha y ella se queda ahí, sentada en el banco de la estación esperando lo que nunca vendrá.

 

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