La basura de unos es riqueza para otros. Este es el concepto que adoptó la señora Domitila Sámano Magdalena, quien compra desechos orgánicos y estiércol de bovinos para generar abono sólido y líquido a través de la lombricultura.

La hoy exitosa empresaria afirma que este material rico en microorganismos es muy atractivo como negocio, es amigable con el medio ambiente y su uso ayuda a los suelos a dejar de depender menos de los fertilizantes químicos y hacerlos cada vez más productivos.

“La ventaja del abono orgánico es que va restaurando los suelos, no es mágico, pero si lo empleamos con frecuencia van a estar totalmente recuperados y podrán producir al ciento por ciento. No al 70 ni al 80, sino al ciento por ciento”, argumentó.

La señora Domitila es una microempresaria en el municipio de Ixtlahuaca, en el Estado de México, y hace unos meses invirtió 30 mil pesos para comprar a sus vecinos unas 30 toneladas del estiércol del ganado bovino, una iniciativa con la que incluso hace un doble trabajo de concientización en las nuevas generaciones.

Señaló que los niños aprenden acerca de los beneficios ecológicos que deja esta actividad, pues son ellos quienes recolectan y después le venden las botellas de plástico para envasar el fertilizante líquido.

Luego de haber recibido un reconocimiento durante la clausura del V Encuentro Latinoamericano de Microempresas Citi, organizado por Citibanamex, afirmó que su negocio tiene una gran demanda de mercado, sin embargo, le hace falta capacidad de infraestructura y financiamiento.

“La falta de financiamiento es una barrera para crecer como empresa”, remarcó la emprendedora mexiquense, al comentar que el éxito no va en función de saber si su proyecto es viable, “porque sí lo es y es una tendencia”, sino en tener mayores recursos económicos para generar nuevas oportunidades de mercado.

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GENERADORA DE EMPLEO

El hecho de que sean micro y pequeños empresarios no resulta atractivo para impulsar un negocio en muchos casos, debido al poco o nulo capital con el que se cuenta para hacer frente a los retos, aseguró el especialista del Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Alberto Bucardo.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) arrojan que en México hay entre 4.5 y cinco millones de empresas, de las cuales más de 90 por ciento son micro y pequeñas empresas, recordó.

“Ese dato es muy importante porque nos muestra que la microempresa es una fuente generadora de empleo, aunque tiene un valor agregado bajo”, manifestó en entrevista con Notimex.

No obstante, el escaso uso de crédito bancario es aún más evidente en sus etapas iniciales de desarrollo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Micronegocios, el 64 por ciento de éstas inició con recursos del dueño o de familiares y amigos.

En tanto que el financiamiento bancario sólo figuró en 2.7 por ciento de los casos. “(Por eso) son muy importante los programas de apoyo para que las microfinacieras den (respaldo) a las microempresas”, remarcó.

Toxiflor, empresa de Domitila Sámano, es operada por tres personas y son quienes fomentan el uso de la lombricultura en su comunidad mexiquense, al dedicarse al cultivo intenso y a la venta de la lombriz roja californiana.