La tiroides, una pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en la base del cuello, juega un papel vital en el control de varias funciones cruciales del cuerpo.

Desde el metabolismo hasta el estado de ánimo, esta glándula es responsable de regular aspectos tan fundamentales como la energía, la temperatura corporal e incluso el ritmo cardíaco.

Sin embargo, los problemas relacionados con la tiroides suelen pasar desapercibidos, ya que los síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras afecciones, como el estrés o el envejecimiento.

Identificar estos síntomas a tiempo no solo es clave para mejorar la calidad de vida, sino también para prevenir posibles complicaciones graves, como el cáncer de tiroides.

FUNCIONES CRUCIALES

La tiroides, aunque pequeña, tiene un impacto significativo en nuestra salud general.

  • Produce hormonas que afectan prácticamente todos los sistemas del cuerpo.
  • Regula el metabolismo, el ritmo cardíaco, el estado de ánimo, y el uso de energía.

Cuando esta glándula no funciona correctamente, puede provocar una amplia gama de síntomas, dependiendo de si está produciendo demasiada o muy poca cantidad de hormonas.

Entre los trastornos más comunes se encuentran el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva) y el hipotiroidismo (tiroides poco activa).

Ambos trastornos presentan síntomas particulares que, si no se atienden, pueden derivar en complicaciones que afecten seriamente la salud, incluida la posibilidad de desarrollar cáncer de tiroides.

EL HIPERTIROIDISMO

El hipertiroidismo ocurre cuando la glándula tiroides produce una cantidad excesiva de hormonas tiroideas.

Este aumento en la producción puede acelerar muchas funciones del cuerpo, lo que lleva a síntomas que pueden ser difíciles de detectar en sus primeras etapas. Los más comunes incluyen:

Pérdida de peso no intencionada: La aceleración del metabolismo provoca una pérdida de peso significativa, a pesar de mantener una dieta regular.

Palpitaciones o taquicardia: El corazón puede latir más rápido de lo normal, lo que produce una sensación de palpitaciones o de ansiedad.

Nerviosismo e irritabilidad: Los cambios hormonales pueden afectar el sistema nervioso, lo que genera una sensación constante de nerviosismo o irritabilidad.

Insomnio: La hiperactividad de la tiroides puede dificultar el sueño o hacer que la persona se despierte a menudo durante la noche.

Sudoración excesiva y sensibilidad al calor: Debido al metabolismo acelerado, el cuerpo genera más calor, lo que provoca sudoración y una sensibilidad exagerada a las temperaturas cálidas.

Temblor en las manos: Los niveles altos de hormonas tiroideas pueden afectar el sistema nervioso y provocar temblores leves, especialmente en las manos.

HIPOTIROIDISMO

Por otro lado, el hipotiroidismo es el resultado de una tiroides que no produce suficientes hormonas, lo que puede hacer que muchas funciones del cuerpo se ralenticen.

Estos son algunos de los síntomas más comunes:

Fatiga y cansancio constante: Las personas con hipotiroidismo suelen sentirse extremadamente cansadas, incluso después de dormir lo suficiente.

Aumento de peso inexplicado: A diferencia del hipertiroidismo, este trastorno ralentiza el metabolismo, lo que puede resultar en un aumento de peso inexplicado.

Sensación de frío constante: La falta de hormonas tiroideas afecta la regulación de la temperatura corporal, haciendo que las personas sientan frío, incluso en ambientes cálidos.

Piel seca y cabello quebradizo: Estos son signos típicos de una ralentización del metabolismo, que afecta la capacidad del cuerpo para mantener la salud de la piel y el cabello.

Ronquera y voz gruesa: En algunos casos, el hipotiroidismo puede afectar las cuerdas vocales, lo que provoca una voz más áspera o ronca.

Depresión y dificultad para concentrarse: Los niveles bajos de hormonas tiroideas pueden tener un impacto en el estado de ánimo y las funciones cognitivas, lo que puede llevar a depresión y problemas de concentración.

DIAGNÓTICO TEMPRANO

Uno de los mayores problemas con los trastornos de la tiroides es que, debido a la similitud de sus síntomas con otras condiciones como el estrés, el envejecimiento o incluso trastornos psicológicos, pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo.

Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre un tratamiento eficaz y la aparición de complicaciones más graves, como el cáncer de tiroides.

Si bien no todos los trastornos de la tiroides llevan directamente al cáncer, una disfunción tiroidea prolongada puede aumentar el riesgo de desarrollar nódulos o tumores en la glándula.

Estos nódulos, aunque en su mayoría benignos, tienen el potencial de volverse malignos si no se controlan a tiempo.

(Texto y fotos: Tomados de Debate.com.mx y MedicinePlus)

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