La obra del Paso Deprimido “El Pípila” en el municipio de San Miguel de Allende, Guanajuato, está dejando dos legados importantes para la obra pública en la entidad.

El primero de los legados es el empleo de tecnología BIM (Building Information Modeling, por sus siglas en inglés) que hace referencia a un método de trabajo para crear y gestionar un proyecto que permite administrar aspectos referentes a su edificación como el diseño y el tiempo exacto de construcción.

La BIM es una tecnología que por ley se emplea en países de Europa y ahora por primera vez en Guanajuato.

Esta obra transformará la movilidad en San Miguel de Allende, dijo la Secretaría de Infraestructura, Conectividad y Movilidad del Estado de Guanajuato (Sicom).

El otro legado es la filosofía del “trabajo colaborativo”. Este implica mantenerse en constante comunicación todos los involucrados, como lo hicieron en este caso las autoridades municipales, estatales, representantes de la empresa constructora y vecinos.

Antes del fin de semana eran 17 en total las reuniones presenciales y virtuales para garantizar el desarrollo óptimo de la obra.

Se considera que es el último encuentro antes de la inauguración del magno proyecto de San Miguel de Allende.

YA VIENE SU APERTURA

Actualmente, el Paso Deprimido “El Pípila” presenta un avance global de 95 por ciento y se trabaja en los últimos detalles de la imagen urbana, los carriles laterales superiores y la pavimentación de los ejes restantes.

El alcalde Luis Alberto Villarreal García dijo que esta obra es ejemplo de que con voluntad y profesionalismo se pueden hacer proyectos de esta magnitud.

“Estamos muy cerca, le vamos a entregar a la población una obra digna de una ciudad como San Miguel de Allende”, concluyó.

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