En el juicio a Joaquín el Chapo Guzmán en una corte de Nueva York quedó presuntamente en evidencia que dos equipos de Guanajuato habrían sido comprados con dinero del narcotráfico.

En el testimonio rendido por Tirso “el Futbolista” Martínez Sánchez, un distribuidor de cocaína en Estados Unidos de los cárteles de la droga de México, relató las inversiones millonarias que realizó en equipos del futbol mexicano.

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Martínez informó que fue dueño de equipos de futbol profesional en las ciudades de Querétaro, Celaya, Irapuato, La Piedad y Mérida, todos estos adquiridos con dinero proveniente del tráfico de drogas.

Detalló que adquirió los equipos Venados de Yucatán por entre 600 y 700 mil dólares y Reboceros de La Piedad por 2.2 millones de dólares. No dio cifras de los equipos de Guanajuato.

En 2004 vendió el equipo de La Piedad en 10 millones de dólares. Tras liquidar a jugadores y empleados, logró una ganancia neta de 4 millones de dólares por la transacción.

En 2006, la Federación Mexicana de Futbol descubrió que Martínez, sospechoso de participar en el tráfico de drogas, poseía franquicias de futbol y le propusieron comprar sus activos en ese deporte por 10 millones de dólares, consignó el diario El Financiero.

Conocido entre otros apodos como “el Futbolista”, justamente por su afición a este deporte, Martínez logró obtener ingresos brutos por entre 40 y 50 millones de dólares por sus actividades en el tráfico de drogas tan solo entre 2000 y 2003.

TAMBIÉN GALLERO

Martínez, quien de acuerdo con su propio testimonio trabajó para los cárteles de Sinaloa y de Ciudad de Juárez entre 1995 y el año 2003, era aficionado además a las peleas de gallos, donde llegó a apostar hasta 100 mil dólares por pelea.

En total, perdió entre dos y tres millones de dólares en apuestas en gallos que realizaba en palenques en numerosas ciudades en México, de acuerdo con su testimonio.

Asimismo, su fortuna le permitió adquirir un restaurante en Tijuana, cuatro negocios de venta de ropa, una avioneta, caballos, autos, así como una concesionaria de automóviles en Los Ángeles y un restaurante en el estado de Illinois.

“Me gasté todo el dinero en apuestas de gallos, caballos, propiedades, autos, casas, fiestas y mujeres”, declaró Martínez. Afirmó que solo le quedan cinco activos, todos en México: una casa, un rancho y tres terrenos, con un valor de entre 2.5 y tres millones de dólares.

Arrestado en 2014 en México, Martínez fue extraditado un año después a Estados Unidos, donde se declaró culpable un año más tarde de delitos que podrían significarle una mínima de 10 años de prisión o hasta una pena máxima de cadena perpetua.

Debido a que ha fungido como testigo que colabora con la fiscalía, Martínez, un hombre que asistió a la escuela hasta los 13 años de edad, podría recibir una condena reducida. Deberá también pagar una multa de dos millones de dólares.

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