Congelar nuestros alimentos es una de las maneras mas sencillas de lograr conservarlos.

Esto es debido a que la mayor parte de nuestros alimentos está compuesta de agua, por lo que, al congelarlos se convierte en hielo y esos cristales rompen los tejidos del producto. Lo que conseguimos al congelar nuestros alimentos es detener el crecimiento de los microorganismos y bacterias que pueden afectar a la comida.

¿Qué pasa al descongelar los alimentos? Además de que la textura se altera, el agua se escapa del alimento y con ella, buena parte del sabor y de las propiedades nutritivas.

Cada vez que congelamos y descongelamos un alimento, va perdiendo sabor, textura, por supuesto, propiedades nutritivas, de modo que en un par de congelaciones lo que nos comemos sabe bien ni es nutritivo

La segunda razón por la que es peligrosos recongelar son las bacterias. Es importante mencionar que el frío no destruye o elimina a estos microorganismos, simplemente los paraliza, pero en cuanto los alimentos se descongelas se reproducen a gran velocidad.

Es por eso que la comida descongelada se echa a perder incluso antes que la fresca. Y si la volvemos a congelar, hay una alta probabilidad de que las bacterias y gérmenes se hayan multiplicado e incluso contaminado.

Un buen consejo para volver a congelar nuestros alimentos es una vez que se haya descongelado, cocinarlo y luego, una vez frío o temperado, volver a congelarlo.

 

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