Un ejemplo de que con voluntad, motivación y determinación no hay límites para las madres guanajuatenses.

“Sí tengo ganas de superarme y más que nada para darle el ejemplo a mi hija de que sí se puede”.

Con esa determinación, Graciela Salinas Alfaro, de 45 años, originaria del municipio de Silao, acaba de certificar su primaria con el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (Inaeba) y ahora está decidida a terminar sus estudios de secundaria.

Acompañada de su hija Janet, de 11 años, con quien acudió para recibir sus primeras asesorías en la coordinación de zona de Inaeba en Silao, la señora Graciela forma parte de las madres de familia que buscan concluir su educación básica para salir adelante y ofrecerle un mejor futuro a sus hijos.

Así, en el marco de la celebración del Día de la Madre, el Inaeba ofrece a todas las guanajuatenses en rezago educativo y de manera especial, a todas aquellas que han tenido hijos, servicios educativos que se ajustan a sus horarios y a sus necesidades laborales o familiares.

A través de sus más de 2 mil 651 círculos de estudio ubicados en todo Guanajuato, las mamás pueden recibir orientación académica durante una hora y media de 3 a 6 veces por semana.

UN CASO DE ÉXITO

Cuando se encontraba en quinto de primaria, Graciela Salinas dejó de estudiar para apoyar en las labores de su hogar. Se casó a los 17 años, tuvo 4 hijos y siempre fue ama de casa. Su hija más pequeña se llama Janet y está a punto de pasar a secundaria con un excelente promedio.

Su esposo trabaja como chofer de un camión de personal en una productora de harina de maíz en Silao.  “Ahí donde trabaja mi esposo (se instalaron) otras empresas y les bajó el trabajo. Mi niña va a salir de sexto y va a entrar a secundaria y me puse a pensar que no la íbamos a hacer (económicamente)”, recordó Graciela.

Para apoyar con más ingresos a su familia, entró a trabajar en una compañía de limpieza y fue asignada a prestar sus servicios en la coordinación de zona, donde el personal de inmediato le ofreció terminar sus estudios básicos.

“Pensé que se me iba a dificultar mucho (el examen para certificar primaria), pero no. Lo de matemáticas es lo más difícil, las fracciones, las divisiones y las restas. Lo demás fue fácil”, dice.

Por ahora, apoyada por su hija Janet, Graciela continúa estudiando la secundaria. El español y las ciencias naturales, son las materias que más le gustan.

Las personas interesadas en aprender a leer y a escribir o terminar su primaria y secundaria, pueden acudir a las coordinaciones de zona de Inaeba, o bien llamar al teléfono 01 800 746 23 22. Todos los servicio son gratis y con certificación oficial.

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