Es un ejemplo de fortaleza, perseverancia y amor a la docencia. Eduardo Alejandro González, conocido como el “profe Alex”, lleva 14 años como maestro de educación física en nivel primaria dando ejemplo de fortaleza y perseverancia.
Y es que, a pesar de las circunstancias y retos que se le presentaron, continúa con su gran vocación de formar y preparar estudiantes de bien en el municipio de Santiago Maravatío.
Después de tres años de estar en terapia y rehabilitación a causa de un accidente, el docente volvió a estar en contacto con sus alumnos y alumnas.
Al momento de regresar a clases había algo de incertidumbre de ver nuevamente a mis compañeros y a los alumnos. La gran sorpresa es que llego y tengo el apoyo de todos los maestros, director y de la zona”, narra el profe Alex.
“En cualquier situación o condición, a veces la cuestión emocional pesa mucho en el desempeño, recuperación y rehabilitación de las personas y para mí el regresar es la mejor terapia”, añade el docente.
CONVIVIO NECESARIO
Alex resaltó la importancia de convivir con sus estudiantes. “Todos los días tenemos algo muy importante en esta área de educación física. Podría decir muchas anécdotas”, explica.
“Sin embargo, dentro de la vocación viene esto que es el ver a los niños sonreír, platicar con ellos, escucharlos, saber sus historias y nosotros poder aportarle un momento de alegría. Eso es la mejor satisfacción para nosotros como maestros”, agregó.
Para el profe Alex, uno de los puntos claves para inspirarse en ejercer como maestro de educación física fue la vocación.
El tema de la vocación es algo primordial, nos hace disfrutar lo que hacemos. Nuestro trabajo es estar con los niños y poderles mostrar y guiar a través de diferentes actividades el desarrollo que puedan tener tanto físico y emocional”.
MOTIVACIÓN EXTRA
Comentó que los alumnos lo alientan a seguir con su rehabilitación. “Ha sido muy padre. Los mismos alumnos a mí me motivan y me exigen en ciertas actividades. Las semanas anteriores que tuvimos el Día Mundial del Corazón. Realizamos una activación física, los niños me motivan a que levante las manos de un lado a otro y eso es lo padre que a través de ellos me sirve, la mejor terapia para mí es estar en la cancha”, narra con entusiasmo.