A pocos días de la Navidad de 2018, un meteorito produjo una megaexplosión en el Océano Pacífico, de la cual la humanidad no tuvo conocimiento.

De acuerdo con la publicación New Scientist, se trató de la tercera explosión más potente de un meteoro en los tiempos modernos.

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Y fue el satélite geoestacionario japonés Himawari-8 quien capturó lo ocurrido el 18 de diciembre del año pasado, consignaron agencias internacionales de prensa.

La explosión se dio a conocer meses después tras una investigación de las universidades de Western Ontario, Canadá y Queen’s University Belfast, en Reino Unido.

El pasado 18 de diciembre, el sistema de vigilancia de la NASA detectó el rastro de este cuerpo celeste sobre el mar de Bering —entre Rusia y Alaska — a las 23:50 GMT.

La bola de fuego gigante golpeó la atmósfera con la fuerza de 173 kilotones, es decir, diez veces la fuerza de la bomba atómica que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto de 1945.

Un kilotón o kilotonelada es una unidad de masa que equivale a mil toneladas. También se le conoce como equivalente de TNT.

La explosión se produjo a 25.6 kilómetros de altitud y en las capas atmosféricas a 32 kilómetros por segundo, según informa la agencia espacial estadounidense.

La columna de humo que dejó es casi vertical, lo que indica que entró a nuestra atmósfera desde un ángulo muy recto. Además, resulta posible ver la larga sombra que proyectó sobre una capa de nubes.

Se trata de la tercera explosión más potente de este tipo tras la del meteorito de Cheliábinsk en 2013 y la de Tunguska en 1908, ambas en Rusia.

(Foto: Tomada de Simon Proud)

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