Miguel Ángel Barajas Cendejas, de solo 10 años, es un ejemplo de superación y ganas de aprender. El pequeño leonés, huérfano, tiene muchas ilusiones empezando por la noche de Reyes.

Bajo la protección de sus abuelos maternos que se hacen cargo también de sus dos hermanos, el joven está aprendiendo a leer y a escribir, gracias al apoyo de su hermano.

Adán Alexander, su hermano de 13 años, certificó hace algunos meses la primaria con el Instituto de Alfabetización y Educación Básica para Adultos (Inaeba), y se hizo la promesa de acercar a Miguel Ángel a la dependencia para que, como él, también la concluya.

LE ECHARÁN UNA MANITA

El pequeño de 10 años tiene poco tiempo de haber ingresado al círculo de estudio de Inaeba en Lomas de Medina y con orgullo comparte que ya aprendió a escribir su nombre.

Sin embargo, como sabe que los Reyes Magos están por llegar, dijo que le pedirá a Adán que le ayude a escribir su carta.

Le voy a decir que ponga que voy a encargar coches, que me vaya bien; que estoy aprendiendo a escribir y que también me pongo a barrer y a tender la cama. Hago mandados y les barro a los vecinos para que me den dinero, que lo comparto con mi abuela para comprar tortillas”, dice entusiasmado.

PROPÓSITO PARA EL 2023

Miguel Ángel no pierde la esperanza que ahora que comenzó el Año Nuevo pueda concluir su primaria con el apoyo de sus abuelos Cleotilde y Juan de Dios, porque, así como su hermano mayor Adán fue su ejemplo a seguir. Y espera serlo para su pequeña hermana Victoria de 4 años.

La vida les ha puesto retos difíciles de superar a estos pequeños que ahora, buscan la fortaleza en su abuela y en su abuelo, quienes los motivan a estudiar, porque están seguros que es la única forma de que Miguel Ángel, Adán y Victoria puedan aspirar a una buena calidad de vida.

INAEBA PARA TODOS

  • Con el programa 10 – 14, el Inaeba brinda atención a niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 14 años que, por alguna razón se vieron obligados a abandonar la escuela o bien, nunca accedieron a ella.
  • Se les brinda la regularización que necesitan para concluir la primaria y obtener su certificado oficial, lo que les permite ingresar a la secundaria dentro del sistema escolarizado.
  • Tras dos años de pandemia, el Instituto ha atendido a 689, de los cuales 342 son niñas y 347 niños.
Compartir