Todos los días recibimos información sobre el tema del coronavirus. Por las cifras y las noticias, sabemos que en varios municipios del país están colapsando sus sistemas de salud por la avalancha de contagiados de Covid-19.

En el estado de Guanajuato hemos conseguido evitar la propagación masiva en una primera etapa. Digo “hemos” porque es labor conjunta del gobierno y de los ciudadanos.

Por un lado, las autoridades se prepararon y mantienen un sistema de salud fuerte y sano, listo para afrontar lo que venga. Hay capacidad operativa y técnica para encarar un escenario complicado de contagios.

Por otro, los ciudadanos pusimos de nuestra parte, una mayoría al menos, y acatamos las medidas recomendadas para prevenir infectarnos. Nos quedamos en casa y empezamos a acostumbrarnos al cubrebocas.

Pero a partir de este momento, cuando se empiezan a reactivar sectores económicos, la responsabilidad recae más en nosotros, que debemos ser muy cuidados en nuestros siguientes pasos.

Una buena parte de los guanajuatenses hemos hecho un gran esfuerzo; sin duda, hemos estado a la altura de este momento histórico. Los números, si bien van al alza, se han podido controlar hasta ahora. Eso significa que la cuarentena, ha dado resultado.

Desde luego que no ha sido fácil para nadie. Todos hemos tenido que resistir durante la emergencia sanitaria. Los comerciantes han tenido que cerrar sus negocios para evitar la propagación del coronavirus. Los empresarios han batallado para mantener sus empresas, si no abiertas, al menos con vida. Y los trabajadores han tenido que sacrificar el sueldo o resistir al desempleo con tal de cuidar su salud y la de sus familias.

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Pero lo que viene a continuación es todavía más difícil. El estado debe volver a la actividad económica, y hacerlo sin disparar los contagios. Para ello, necesita del compromiso de los guanajuatenses de no bajar la guardia.

Vamos muy bien, pero ya no podemos quedarnos en casa y seguir aguantando el freno de la economía. Es momento de volver gradualmente a la “nueva normalidad”, y el factor más importante para que lo hagamos con éxito es que cada uno de nosotros actuemos con responsabilidad.

Si nos comprometemos a respetar las normas sanitarias en nuestro lugar de trabajo, a usar cubrebocas en espacios públicos, a respetar la sana distancia donde estemos y a evitar las reuniones, incluso con amigos y familiares, saldremos adelante.

Cada uno de nosotros sabemos lo que debemos hacer. Hemos aprendido la lección. Necesitamos tomar las decisiones correctas y convertirla en un hábito. No hay cura ni vacuna para el Covid-19. Cada quien debe ser responsable de su salud y la de su familia, la de sus compañeros de trabajo y de sus amigos.

El coronavirus acecha en cualquier lugar, pero sabemos cómo podemos mantenerlo alejado. No salir si no es necesario. Lavarse las manos continuamente. No tocarse la cara. Desinfectar todo lo que entre en el hogar y, ahora, en el lugar de trabajo.

Ya aprendimos a hacerlo. Ya lo hemos estado haciendo. No hay que relajar las precauciones. No hay que descuidarnos. Ahí está la clave, y está en nuestras manos.