Este 8 de marzo en todo el mundo se llevan a cabo cientos de miles de eventos para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Sin embargo, como cada año, al día siguiente de los eventos, muchas promesas quedan en el aire y pocos realmente actúan a favor de sus derechos, libertades y espacios ganados.
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Formalizado a nivel mundial por la ONU en el año 1975, el día recuerda que el gran pendiente sigue siendo la paridad de género en todos los ámbitos de la sociedad.
En su mensaje, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llama a hacer realidad la igualdad de género y a empoderar a las mujeres y niñas de todo el mundo en beneficio de la humanidad.
Para ello, exhortó a todos los sectores de la sociedad a poner fin a los estereotipos y la discriminación y a transformar los modelos que limitan el avance de las mujeres con medidas concretas e innovadoras que no dejen a ninguna atrás.
“El empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género son esenciales para el progreso mundial”, indicó el Secretario General de la ONU en un mensaje.
António Guterres afirma que las mujeres líderes son modelos esenciales que seguir y subraya que el año pasado, la Organización de las Naciones Unidas alcanzó por primera vez en su historia la paridad de género en sus puestos de alto nivel y que el compromiso es extender esta igualdad a todo el sistema en el plazo de diez años.
En esta jornada, todos los organismos de la ONU unen sus voces para expresar la urgencia de acabar con los estereotipos que generan discriminación, violencia y acoso contra las mujeres y niñas.
El camino aún presenta muchos obstáculos y desafíos que empiezan en el ámbito familiar y se extienden a todas las esferas económicas, educativas, políticas, sociales, laborales y de derechos humanos en general.
Esos retos frenan el avance y socavan el potencial de las mujeres. Lo más difícil es que todavía persiste una cultura que los perpetúa y a la que no escapa ningún rincón del mundo en menor o mayor grado, causando que las mujeres sean infravaloradas y estén subrepresentadas o ausentes en la toma de decisiones que las afectan, dice el mensaje de la ONU.
Muchos países cuentan con leyes que colocan a las mujeres en situación de igualdad con los hombres; sin embargo, en la práctica esas leyes no se cumplen a la letra o, en ocasiones, se ignoran por completo.
Para superar los lastres que no permiten a las mujeres y niñas el ejercicio pleno de sus derechos, entre ellos el de la igualdad, es necesario aplicar las legislaciones que los garantizan en los Estados donde éstas existen y promulgarlas en donde no las hay.
Pero, sobre todo, hace falta invertir en una transformación de los modelos de educación para empezar a cambiar la mentalidad de las personas y se requiere impulsar patrones innovadores, participativos e incluyentes que abarquen todos los espacios de la sociedad.
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