Habitantes de zonas rurales realizan largos viajes a hospitales mejor equipados en las ciudades para recibir atención médica, en China azotada por una nueva ola de Covid-19.

Los altos contagios de Covid-19 pusieron al descubierto las desigualdades del sistema de salud chino, con la centralización del y los recursos hacia los hospitales urbanos a comparación de los rurales.

En Pekín, la capital del país y en la megalópolis de Tianjin, al norte, las salas de urgencias están desbordadas con decenas de pacientes, en su mayoría ancianos que tuvieron que ser puestos en camillas afuera de los hospitales.

HACINAMIENTO SIN CONTROL

Los pacientes fueron colocados hacinados, unos junto a otros, muchos estaban conectados a goteros intravenosos o botellas de oxígeno mientras las máquinas vigilaban sus signos vitales, sin embargo, algunos lucían inconscientes o no reaccionaban.

En una zona rural de Xin’an, en contraste, el hospital local funciona más desahogado, en una sala con poca calefacción se podía ver a media docena de ancianos con goteros, pero el lugar estaba prácticamente vacío.

Pero esto ocurre porque los pacientes más graves prefieren acudir en masa a  hospitales de las grandes ciudades, ya que tienen dificultades para acceder a médicos y medicamentos en donde viven.

Muchos enfermos decidieron hacer el viaje de hora y media hasta Tianjin o Baoding, a 200 kilómetros, debido a esto.

SISTEMA ESTANCADO

“Lo que estamos viendo en las zonas rurales de China refleja la falta de avances en la reforma de salud del país (…) La gente descontenta con la mala calidad de la sanidad rural va a buscar atención en los hospitales urbanos”, declaró Yanzhong Huang, experto en salud del Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo de reflexión estadounidense.

Los contagios de Covid-19 están decreciendo en las ciudades Pekín y Tianjin, pero autoridades temen un rebrote en las próximas semanas, cuando millones de citadinos regresen a sus provincias en el Año Nuevo Lunar (el 22 de enero).

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