A finales del año pasado, un escándalo de enormes proporciones estalló en el prestigioso semanario alemán Der Spiegel, al descubrirse que los reportajes firmados por Claas Relotius, su reportero estrella, eran falsos.

Relotius, a quien ya se le conoce en el mundo periodístico como “el rey de las fake news”, afirmaba haber entrevistado a personas con las que nunca tuvo ningún contacto y visitado lugares donde jamás estuvo; en pocas palabras, todo lo que escribía era pura invención. Por supuesto, ya no trabaja más para Der Spiegel, pero el daño que hizo tardará en disiparse.

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A la luz de este caso, uno de los más sonados en la historia reciente del periodismo, es necesario hacer un balance de las consecuencias que acarrean las noticias falsas, tan comunes hoy en día en los medios de comunicación y las redes sociales.

La principal consecuencia de las noticias falsas es la pérdida de credibilidad de quienes las difunden. De acuerdo con indicadores como el Latinobarómetro y el Eurobarómetro, vivimos en la ‘era de la desconfianza’, calificada así por la poca credibilidad que tienen los medios de comunicación, principalmente la prensa escrita, la radio y la televisión.

“El escándalo Der Spiegel demostró que leer una nota de un periodista afamado en un medio de comunicación de prestigio no es garantía de que sea verídica”, señala Gerson Hernández Mecalco, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la actualidad, cualquier persona que tenga acceso a Internet puede crear una cuenta en Facebook, Twitter y/o Instagram, y difundir información mediante un texto, una foto o un video. Es decir, los medios de comunicación certificados ya no son los únicos que pueden difundir información.

“Antes nos quejábamos de que no había suficiente información, ahora hay mucha; sin embargo, cada vez tiene más flancos de poca credibilidad. Por eso me pregunto si cualquier persona con un dispositivo móvil debe subir información a Internet”, dice al diario El Universal Hernández Mecalco.

Un fenómeno que ha cobrado auge en los últimos tiempos es el de los medios de comunicación que, en su afán por ganar la exclusiva, no corroboran la fiabilidad de sus fuentes y difunden cualquier noticia que les llega como algo real y verdadero.

Al respecto, el académico apunta: “Sería conveniente que en las redacciones no sólo se tomara en cuenta este fenómeno, sino también se capacitara a los nuevos reporteros y redactores web para que no se replique. Me parece que, en la búsqueda frenética de clics, likes, retuit y followers, la calidad de la información se está descuidando demasiado”.

Frente a esta compleja realidad, ¿qué se puede hacer para descubrir una noticia falsa? En opinión de Gerson Hernández Mecalco, las audiencias deben tener la capacidad y el interés de revisar diferentes fuentes antes de creerle a un medio de comunicación.

“En mis clases les pido a mis alumnos que revisen la mayor cantidad posible de medios de comunicación; que no se limiten a la información que se publica en papel y se difunde en los noticieros de radio y televisión; y que, cuando les llegue un mensaje o una noticia a su celular, no le den retuit sin antes haber corroborado su veracidad”.

Como parte de su maestría en periodismo político, Gerson Hernández Mecalco ha examinado los códigos de ética de varios medios de comunicación.

“Muchas personas piensan que son materiales obsoletos que no sirven en las redacciones, pero creo que hoy más que nunca tenemos que examinarlos. En relación con los que he visto, lo interesante es que en ninguno se habla de algo primordial y básico: la verificación de la información… Los medios de comunicación deberían pensar que su modelo de negocio no puede basarse sólo en el incremento del tráfico en sus páginas de Internet, sino también -y sobre todo- en la credibilidad de la información que difunden”, concluye.

El presidente estadounidense Donald Trump ha sido uno de los principales promotores de críticas en contra de los medios que exhiben sus mentiras en cada discurso que dirige. Él acostumbra llamar esas noticias como Fake News y descalifica los trabajos periodísticos de investigación, algo que le ha costado una declarada guerra directa de los poderosos medios como The New York Times, The Washington Post, CNN, por mencionar algunos.

En algunos países de Latinoamérica se han repetido esos casos como ocurrió con Rafael Correa en Ecuador hace unos años, hoy en Brasil con Jair Bolsonaro, y en México con Andrés Manuel López Obrador que califica de “fifís” a los medios que también refutan sus argumentos con datos e investigaciones periodísticas.

(Foto:Tomada de El Universal)

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