La cuenta regresiva para la Copa del Mundo 2026 ha comenzado, pero no todos son celebraciones y preparativos futbolísticos. En un giro que ha encendido las alarmas en el ámbito internacional, el gobierno de Canadá ha emitido una severa actualización en sus alertas de viaje, señalando directamente a los estados que albergarán la máxima fiesta del fútbol en México. Lo que debería ser una invitación abierta al turismo se ha convertido en un catálogo de advertencias sobre violencia, crimen organizado y secuestros, poniendo bajo la lupa la capacidad del país para garantizar la seguridad de millones de visitantes.

Sedes bajo fuego: El mapa del riesgo según Ottawa

El reporte canadiense no se anda con rodeos y coloca a Jalisco y Nuevo León estados que albergan a Guadalajara y Monterrey en su lista de destinos donde se recomienda “evitar viajes no esenciales” en diversas áreas. Aunque las ciudades sede como tal (CDMX, Monterrey y Guadalajara) intentan mantenerse como burbujas de seguridad, Canadá advierte que los niveles de delincuencia violenta y los enfrentamientos entre cárteles son una amenaza latente que podría alcanzar a transeúntes inocentes.

Esta situación genera una contradicción incómoda: mientras la FIFA promociona la calidez mexicana, uno de los países coanfitriones está pidiendo a sus ciudadanos que lo piensen dos veces antes de cruzar la frontera por carretera o salir de las zonas estrictamente turísticas.

El impacto real: ¿Un Mundial sin turistas o sedes en duda?

El golpe no es solo diplomático, sino reputacional. Expertos en turismo y seguridad ya advierten que esta percepción de “alto riesgo” podría desinflar la llegada de aficionados extranjeros, quienes suelen ser el motor económico de estos eventos. El temor a delitos comunes como el robo a mano armada o incidentes más graves como el secuestro exprés pesa más en la balanza que el deseo de ver un partido en el Estadio Azteca o el Estadio Akron.

Si la inseguridad sigue escalando en los titulares internacionales, México se enfrenta al peor de los escenarios: organizar un Mundial donde el miedo le gane a la pasión, o peor aún, alimentar los rumores sobre una posible redistribución de partidos hacia Estados Unidos y Canadá si las garantías de orden no se cumplen.

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