Los habitantes reaccionaron actuando conforme sus costumbres y tradiciones ante el alcalde que incumplió y mintió.

Fue la tercera vez en su mandato en que el alcalde Javier Delgado, del poblado rural San Buenaventura, al norte de La Paz, Bolivia, es aprisionado en un cepo como castigo por “incumplir sus compromisos”.

Las imágenes de Delgado tirado en el piso mientras una de sus piernas está capturada en el cepo se volvieron virales en redes sociales.

Según medios locales, el alcalde enfrenta un proceso revocatorio de mandato. Los pobladores lo acusan de incumplir sus compromisos con la población. Además, cuando le piden una audiencia “no atiende con prioridad”, explicó un vecino a Radio Fides.

Los pueblos indígenas bolivianos se guían por los principios éticos de “ama qhuilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón)” y el concepto de la “justicia comunitaria”, reconocidos en la Constitución de 2009.

Aunque el cepo no forma parte de la justicia comunitaria, como sí lo hacen sanciones menores como multas o trabajos comunitarios, en muchas ocasiones los pobladores del área rural suelen ir más allá llegando hasta a linchar a los ladrones quemándolos vivos.

El edil se considera parte del Movimiento Al Socialismo (MAS) del presidente de Bolivia, Evo Morales; aunque fue elegido para su cargo por otro partido debido a las divisiones que sufrió el oficialismo en esa región.

(Foto: Tomada de La Razon Bolivia)

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