El arranque del 2023 ha sido violento en Estados Unidos. Un tiroteo masivo se reportó cerca de un centro juvenil en Allentown, Pensilvania, y el de un restaurante Subway en Durham, Carolina del Norte.

Otro tuvo lugar detrás de una cervecería en la ciudad de Oklahoma y uno más en un club de striptease en las afueras de Columbus, Ohio. Dos tiroteos masivos acabaron con fiestas en diferentes ciudades de Florida.

Un recuento del diario The New York Times indica que solo en la cuarta semana de enero suman al menos 39 tiroteos separados y en total de muertos es de 69, según el Archivo de violencia armada.

TERROR EN MONTEREY PARK

El tiroteo más mortífero hasta el momento, añadió el diario, tuvo lugar durante este fin de semana en Monterey Park, California, una ciudad con una próspera comunidad asiático-estadounidense.

Un hombre armado mató a 11 personas e hirió a otras nueve dentro de un popular salón de baile. Las autoridades señalaron que el atacante, que pudo haber elegido a sus víctimas antes de suicidarse, era un hombre de 72 años.

Luego, el lunes, se produjo otro tiroteo masivo mortal en California. Un hombre armado, que según las autoridades tenía 67 años, mató a siete personas e hirió de gravedad al menos a otra persona en Half Moon Bay, al sur de San Francisco.

TRAGEDIA TRAS TRAGEDIA

La frecuencia de los tiroteos masivos y la variedad de lugares en los que ahora tienen lugar (oficinas y escuelas, salones de manicura, lugares de culto, tiendas de comestibles y restaurantes) contribuye a la sensación prevaleciente en todo Estados Unidos de que tal violencia podría estallar en cualquier momento, en cualquier lugar.

También alimenta los pedidos de control de armas con tanta certeza como lo hace con la compra de más y más armas. Los tiroteos públicos fluyen en la nación, pero pueden tener el efecto de normalizar la violencia.

(Fotos: Tomadas del diario Reforma)

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