Mientras sigue avanzando la “normalización” en América, con medidas que arrancarán en varios países este mismo lunes, el continente sigue con preocupación la decisión de Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia, de “romper” con la OMS, tras acusarla de gestionar mal la emergencia sanitaria por el coronavirus.

“Rompemos nuestra relación con la Organización Mundial de la Salud”, anunció el viernes presidente Donald Trump en una declaración a la prensa desde la Casa Blanca, en la que no aceptó preguntas.

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Una decisión que no deja de ser sorpresiva, pese a que Trump ordenó el pasado 14 de abril congelar temporalmente los fondos de Estados Unidos a la OMS mientras revisaba el rol del organismo, por su “grave mal manejo y encubrimiento de la expansión del coronavirus” y la semana pasada había dado 30 días al organismo para realizar reformas que, aseguró, “se ha negado” a acometer.

Medida que genera preocupación en toda América, que tiene en Estados Unidos (1.7 millones de casos y 102 mil 516 muertes hasta el viernes) y Brasil (465 mil 166 casos y 27 mil 878 muertes) a los mayores focos de la enfermedad a nivel mundial, por lo que puede significar en plena crisis sanitaria que la OMS pierda los entre 400 y 500 millones anuales que aporta el Gobierno estadounidense, cerca del 15 por ciento de su presupuesto total.

Por si fuera poco, Brasil sobrepasó los 27 mil 800 muertos por coronavirus y superó a España en número total de decesos, una cifra que refleja el agravamiento de la enfermedad en momentos en que algunos estados se preparan para la reapertura gradual de la economía.

CRECE “APERTURA” DESDE EL LUNES

A la espera del impacto que esto pueda tener sobre la lucha global contra la enfermedad, diversos lugares del continente se preparan para aumentar el desconfinamiento de las medidas adoptadas para enfrentar a la pandemia y comenzar, lentamente, a retomar las actividades sociales y, especialmente, económicas, tan maltrechas durante los últimos meses.

México entra este lunes la “nueva normalidad”, con una reapertura muy limitada y, a su vez, las propias autoridades advierten sobre “picos” máximos de contagio por venir en diversas partes. Las medidas se aplicarán de acuerdo a un semáforo sanitario (rojo, naranja, amarillo y verde).

La complejidad de este paso lo demuestra el hecho de que 31 de las 32 entidades territoriales están en rojo, mientras que la restante, está en naranja, por lo que el Gobierno hace un llamado a mantener, “muy probablemente” por “muchos años”, las actuales medidas de higiene y de protección personal.

Le sigue los pasos Sao Paulo, el estado más afectado en el país latinoamericano más golpeado por la pandemia, que el mismo lunes comenzará igualmente una reapertura gradual de la economía de la región más rica y populosa de Brasil, aunque el Gobierno local precisó que podrán dar “un paso atrás” en caso de que lo consideren necesario con el fin de “proteger vidas”.

También el día 1 de junio, Costa Rica comenzará la segunda fase de reapertura de actividades con la entrada en funcionamiento de museos, cafeterías y hoteles, aunque la prohibición de ingreso de extranjeros, con excepciones, se amplía al 30 de junio, según informó el Gobierno del país centroamericano.

Y en EU, seis hoteles del Universal Orlando Resort, en Florida, abrirán a partir del martes de forma gradual y con medidas de distanciamiento social y desinfección. Por su parte, la ciudad de Nueva York tratará de abrir el 8 de junio, retomando actividades de construcción, manufactura y comercios minoristas no esenciales que tengan servicio de recogida en las tiendas.

LEJOS EL CONTROL

Pese a estos pasos hacia adelante, América está lejos de superar o tan siquiera controlar la pandemia, tal cual demuestran casos como el de Chile que tuvo niveles récord antes de entrar al fin de semana.

Por su parte, el ministro de Salud de Paraguay, Julio Mazzoleni, manifestó que existe preocupación por la relajación de los protocolos sanitarios que se observa en el país con el comienzo el lunes pasado de la fase 2 de la cuarentena por el Covid-19, que ha dejado 11 muertes y unos 900 contagios, particularmente porque en los últimos días se han registrado algunos casos de coronavirus “sin nexo”.

Con también datos bajos de contagio, Uruguay dio la sorpresa al anunciar que el presidente Luis Lacalle Pou guardará cuarentena hasta que se conozcan los resultados del análisis que se efectuará por posible contagio de Covid-19.

En otra sede de gobierno, la de Colombia, también se supo que hay 13 casos de Covid-19 en la Presidencia de la República por lo cual el jefe del Estado, Iván Duque, y su círculo más cercano fueron sometidos a pruebas que dieron resultado negativo.

Cinco de los contagiados hacen parte del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) y los ocho restantes son del esquema de protección de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.

Ya en Centroamérica, aumenta la inquietud por la situación que se viven en las cárceles, con más de un millar de presos contagiados y una muerte, en unos espacios hacinados en los que es “imposible” mantener las medidas básicas para el control del contagio del nuevo coronavirus.

“Yo sé cómo están las cárceles, cómo se bañan (los reos), ¡eso no es bañarse por Dios! Y es parte del hacinamiento. Las propias estructuras de las cárceles no permiten atender las medidas sanitarias mínimas” que exige el control de una pandemia, dijo a Efe la comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la panameña Esmeralda Arosemena de Troitiño.

Preocupación, la sanitaria, que también llega al sector económico, con inquietantes cifras como las dadas a conocer esta jornada en Colombia, donde la tasa de desempleo se duplicó en abril a raíz de la cuarentena contra el coronavirus y se situó en el 19.8 por ciento, mientras que el Banco de la República (emisor) bajó la tasa de interés de 3.25 por ciento a 2.75 por ciento, la menor cifra en la historia del país.

(Foto: Tomada de la agencia Efe)

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