La celebración de la llegada del primer cinematógrafo a León, Guanajuato, echará la casa por la ventana.

El cinematógrafo llegó a la ciudad de León un año y cinco meses después de la primera exhibición pública en París.

Era un viernes 30 de abril del año 1897 cuando los Hermanos Becerril, Guillermo y José Luis, trajeron los rollos de película que, con un equipo Werner, exhibieron la “escena de una aldeana francesa que arrojaba puños de semilla para atraer palomas”, entre otras vistas.

La novedad del invento, que luego fue conocido por el rumbo como “lámpara mágica”, causó sensación al ver como el manipulador “detenía de improviso la manivela” para congelar la “vista” de aquella mujer arrojando semillas. Se podía ver entonces la suspensión del grano para dar paso, de manera paulatina, a la facultad del movimiento.

Los leoneses reunidos en aquel pequeño salón, ubicado en las inmediaciones del Portal Bravo ―otrora Portal de la Cárcel (al Norte de la Plaza de la Constitución)― observaron también un desfile de soldados de caballería, así como la llegada del tren a la estación de la ciudad y otras escenas parisinas.

Pagaron por la función 25 centavos por persona. Y como en todas las plazas donde se proyectaban las vistas, “la gente creía que la caballería se le venía encima”. Lo mismo les pasó al ver la máquina del ferrocarril y más de algún asistente salió de lugar despavorido.

Ahora, el próximo lunes 14 de agosto, a las 18 horas, en las inmediaciones del Módulo del Instituto de Compuinglés de Oriente, Portal Bravo No. 2, Centro Histórico de la Ciudad, y a manera de preámbulo del Día Nacional del Cine Mexicano 15-A, se llevará a cabo la proyección del filme Romero (1989) de John Duigan basada en el libro del mismo nombre del jesuita Jim Brockman, que alude a la vida y obra de Mons. Óscar Arnulfo Romero, obispo de El Salvador de 1977 hasta 1980.

Con la actuación del actor puertorriqueño Raúl Julia en el papel principal y Richard Jordan interpretando al padre Rutilio Grande, completan el reparto entre otros actores como: Ana Alicia, Eddie Vélez y Alejandro Bracho.

Filmada en México, en la zona de Cuernavaca, Morelos, y en la paupérrima aldea de Ranchería Tejatec, es una muestra de cómo un enclave cinematográfico se puede reproducir en un país como el nuestro así como dar confianza a los visores de cine para construir historias que representan a nuestra Región latinoamericana.

La intención de proyectar dicha película, de manera pública, en el simbólico Portal Bravo tiene un pretexto doble, primero para recordar un acontecimiento histórico fundamental de la llegada del cinematógrafo a León hace 120 años.

Y, segundo, ver cómo ha evolucionado el cine en sus diversos formatos, así como tener un pretexto para provocar un debate de contenidos en el que se traten asuntos como los movimientos liberadores, la situación de la Iglesia en América Latina después del Concilio Vaticano II y el nacimiento de la Teología de la Liberación que se vincula a la ideología y la praxis de los movimientos guerrilleros.

La proyección tendrá capacidad para recibir a 30 personas: 25 del público en general y 5 representantes de los medios de comunicación bajo la coordinación de Mario Palacios promotor de cine con la colaboración de Esperanza Distribución y Grupo Ochocientos.

Aforo libre hasta llenar el cupo de 30 sillas.

(Con información de Aquí Taller)

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