El Producto Interno Bruto (PIB) de México registró una contracción de 0.4 por ciento a tasa anual en el tercer trimestre de este año, con lo cual la economía nacional tuvo una baja en este indicador por primera vez desde el cuarto trimestre de 2009, cuando la economía padecía los estragos de la crisis que inició un año antes.

[read more=”Leer más” less=”Leer menos”]

El descenso fue provocado por el sector secundario (industria), que cayó 1.8 por ciento comparado con igual periodo de un año antes, y el nulo crecimiento en el sector terciario (servicios), de acuerdo con la Estimación Oportuna del PIB publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), citada por El Financiero.

Con la lectura del tercer trimestre, el sector de las actividades secundarias acumuló un año en terreno negativo y, en el caso de las terciarias, significó su peor desempeño desde el cuarto trimestre de 2009, periodo en el que cayó 0.8 por ciento.

El sector primario (agricultura / ganadería) avanzó 5.3 por ciento. El dato definitivo del PIB del tercer trimestre se publicará el próximo 23 de noviembre.

El consenso de analistas consultados por El Financiero esperaba un crecimiento nulo de 0.0 por ciento.

La contracción de la economía viene precedida por un avance a tasa anual de 0.3 por ciento (segundo trimestre) y 0.1 por ciento (primer trimestre), según datos del Inegi.

La debilidad en el desempeño de la economía de México en 2019 llevó a organizaciones internacionales a recortar varias veces su pronóstico de crecimiento para 2019. En el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI), este pasó de 0.9 a 0.4 por ciento en la actualización más reciente hecha en octubre.

Por otra parte, el Banco Mundial prevé que el PIB tendrá un alza de 0.6 por ciento (respecto al pronóstico previo de 1.7 por ciento), mientras que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) apenas el martes modificó a la baja su pronóstico, a 0.2 por ciento desde 1 por ciento.

¿QUÉ IMPLICA?

El Financiero explica que, para el empleo, habrá una pérdida aún mayor de dinamismo. Al mes de septiembre, el ritmo de creación de empleo formal fue de 1.9 por ciento a tasa anual, lo que se compara desfavorablemente con el nivel que teníamos al comenzar el año y que se acercaba a 4 por ciento.

El otro problema asociado con el estancamiento económico tiene que ver con la recaudación. “Los supuestos de ingresos públicos están calculados sobre una estimación de crecimiento del PIB de 2 por ciento. Los modelos de sensibilidad de Hacienda establecen que, por cada punto porcentual de pérdida o ganancia en el crecimiento, hay un impacto directo de alrededor de 35 mil millones de pesos en la recaudación”, dijo Enrique Quintana, vicepresidente y director editorial de El Financiero.

[/read]

Compartir