El meteorito observado la noche del martes por miles de habitantes de diferentes zonas de la República Mexicana, como Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Morelos, Querétaro, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí y Michoacán, se suma a los más de 90 que han caído en el territorio nacional desde hace cientos de años.

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Después de que el fenómeno fue analizado por Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), en conjunción con especialistas se confirmó la fidelidad del espectro observado por cientos de usuarios de redes sociales, quienes compartieron el video del avistamiento, reportó el diario El Universal.

Se cree en la probabilidad de que el aerolito, procedente del espacio exterior “se destruyó en el aire”.

Según información de la Unión Geofísica Mexicana, recogida por El Universal, “una meteorita es cualquier objeto natural que cae del espacio a la tierra y que puede reconocerse como extraterrestre, son los únicos objetos no terrestres disponibles para estudiar directamente las composiciones químicas y los minerales de cuerpos del Sistema Solar”.

Esta no es la primera aparición de estos objetos espaciales en México, ya que es uno de los territorios en los cuales se ha registrado un alto número de meteoritos, con más de 90 casos documentados a lo largo de la historia, añadió El Universal.

La presencia de estos prodigios espaciales ha ayudado en el desarrollo de estudios acerca de nuestro planeta y sus orígenes, al aportar datos de suma importancia entre los estudiosos de la Tierra y las ciencias planetarias.

La comunidad científica internacional ha estudiado minuciosamente dos de los meteoritos encontrados en tierras mexicanas.

Uno de ellos es conocido como el meteorito de Allende o meteorita de Allende, el cual, apareció el 8 de febrero de 1969 en el pueblo de Allende en Parral, Chihuahua. Se recuperaron fragmentos de un aproximado de dos toneladas.

Estudios arrojaron que su edad oscilaba los 4 mil 600 millones de años, motivo por el cual fue catalogada como la roca más antigua del sistema solar y desde el punto de vista científico es probablemente la más importante del mundo.

El segundo fue llamado Chicxulub, que por su acepción en maya quiere decir “pulga del diablo” o “lugar del cuerno prendido”.

Impactó nuestro país hace más de 65 millones de años, en la región noroeste de la península de Yucatán. Científicos aseguran que la extensión tan grande del meteorito, de más de 10 km, ocasionó cambios ambientales abruptos y que tuvo como consecuencia la extinción de más de la mitad que conformaban a los seres vivos que habitaban en el planeta.

En el Instituto de Geología de la UNAM se encuentran resguardados fragmentos de estos meteoritos. En su colección pueden apreciarse partes de 17 meteoritos de los 34 registrados en el catálogo de meteoritos mexicanos.

(Foto: Tomada de El Universal)

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