El presidente Luis Arce festejó con el puño en alto el fallido golpe de Estado en Bolivia, pero la tensión política se elevó aún más en un país en crisis, agobiado por la falta de dólares y combustible.

Ex dirigentes hicieron correr la versión de que habría sido un “autogolpe” de estado a fin de que el propio presidente Arce apuntalara su popularidad.

Este jueves policías antimotines redoblaron la vigilancia en torno al palacio presidencial, que la víspera estuvo bajo asedio de militares y vehículos blindados al mando del ex comandante del ejército, el general Juan José Zúñiga.

Zúñiga, que hace unos días amenazó con detener al ex presidente Evo Morales -rival de Arce- si éste insiste en buscar la presidencia en 2025, fue finalmente destituido y arrestado. Enfrenta una pena de hasta 20 años de prisión por terrorismo y alzamiento armado, según la fiscalía.

NUNCA MÁS UN GOLPE

En la vecina ciudad de El Alto, fortín del oficialismo, pequeños grupos de manifestantes salieron a las calles y quemaron neumáticos en apoyo a Arce, a quien le falta poco más de un año para completar su mandato.

“Nunca más El Alto va a permitir que se dé (…) el golpe de Estado. El Alto se moviliza para hacer barricadas”, dijo Justino Apaza, uno de los manifestantes.

El miércoles, en el momento de mayor tensión, una tanqueta intentó derribar una de las puertas del palacio presidencial, donde el mandatario de izquierda estaba reunido con su gabinete.

Arce encaró personalmente al general Zúñiga cuando éste ingresó caminando por esa misma puerta y le ordenó que volviera a los cuarteles, según un video difundido por la presidencia. Zúñiga se negó, pero abandonó minutos después el palacio presidencial.

Las tropas de Zúñiga finalmente se replegaron después de más de tres horas, cuando Arce juramentó a una nueva cúpula militar. El general fue detenido junto al comandante de la Armada, también destituido.

LAS SOSPECHAS

Poco antes de su detención, el general Zúñiga aseguró que el intento de golpe fue sugerido por el propio Arce “para levantar su popularidad”.

El gobierno rechazó al momento las declaraciones. “Es absolutamente falso y son cosas que me resultan inconcebibles”, dijo la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.

En declaraciones a la televisión, el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002) calificó la sublevación de “opereta”.

Esto evidencia “el grado de descomposición institucional después de 18 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo”, añadió.

También el ex mandatario Carlos Mesa (2003-2005) dijo en sus redes sociales que la movilización militar “se parece a un sainete”.

(Fotos: Tomadas de AP)

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