Guanajuato vuelve a ser mencionado como un foco rojo por el delito del robo de combustible.

El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados dio a conocer un estudio en el que aseguró que el robo de combustible es una actividad creciente, por el número de tomas y la cantidad de lo que se hurta.

El incremento no es casual, responde a la diversificación de distintos grupos delictivos y su organización, no sólo para el financiamiento de sus actividades, sino también reditúa a cada individuo que se vuelve partícipe del acto ilícito.

En el documento “El robo de combustible: asalto a la nación”, el Cesop precisa que esa actividad, como muchas otras, reconfigura las estructuras sociales, ahora vertidas en una dinámica ilegal y clandestina.

En esa dinámica ya no solamente se ven beneficiados los ingresos financieros del crimen organizado para contrarrestar a la fuerza policial, sino que la sociedad ha transformado esa práctica en su modo de vida, fuente de ingresos y cotidianidad.

Relató que el número de tomas clandestinas pasó de 102 en 2004 a seis mil 159 en 2016, en promedio cada hora se perforaron 1.5 tomas clandestinas; la diferencia entre 2004 y 2016 representa un incremento de casi seis mil por ciento con tendencia evidente a crecer más.

Según el documento, de 2009 a 2012, Petróleos Mexicanos (Pemex) perdió seis mil 966 millones de litros, y de 2013 a 2016 perdió siete mil 682 millones de litros; sólo el volumen hurtado el año pasado fue de dos mil 282 millones de litros de combustible.

El estudio detalla que según datos de la Procuraduría General de la República (PGR), las entidades con más afectación por robo de combustible son Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Guanajuato, México, Puebla, Jalisco y Sinaloa.

Agregó que entre los efectos colaterales de esa práctica figuran afectaciones ambientales ocasionadas por los derrames en ríos o campos agrícolas, así como accidentes provocados por la instalación y el manejo de tomas clandestinas, como incendios y explosiones que causan la pérdida de vidas humanas.

Los montos para revertir esos daños son cuantiosos, como también aquellos destinados a su prevención.

El Centro de Estudios expuso que el tema amerita atención inmediata, pues en tanto la fuga de combustible se contenga, también lo hará la de recursos económicos hacia las manos de la delincuencia organizada.

El fenómeno de “ordeña” de ductos de Pemex no se distribuye de la misma forma en todo el país; por el contrario, existen regiones claramente identificadas como “focos rojos”.

En ese sentido, la implementación de la más alta tecnología (física y química), así como de una parte de la estadística espacial exploratoria y de comportamiento, son sólo algunas de las opciones que se plantean viables para complementar las acciones del gobierno para combatir ese flagelo, señala el estudio.

(Foto: @PoliciaFedMx)

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