La última vez que Donald Trump fue presidente de Estados Unidos, rumores sobre redadas de inmigración aterrorizaron a la comunidad del estado de Oregon donde Gustavo Balderas era superintendente escolar.Se corrió la voz de que agentes de inmigración tratarían de entrar a las escuelas. No había nada de cierto en ello, pero el personal escolar tuvo que encontrar a los estudiantes que estaban evitando ir a la escuela y convencerlos de que regresaran a clases.“La gente simplemente comenzó a eludirla y esconderse”, dijo Balderas a la agencia AP.Los educadores de toda la nación se preparan para la turbulencia, independientemente de si el presidente electo cumple o no su promesa de deportaciones masivas de millones de inmigrantes que están en el país ilegalmente.SUFRIMIENTO CONSTANTEIncluso si sólo habla de ello, los hijos de los inmigrantes sufrirán, reportaron educadores y observadores jurídicos.Si “constantemente amenazas a la gente con la posibilidad de una deportación masiva, eso realmente inhibe la capacidad de las personas para funcionar en la sociedad y para que sus hijos obtengan una educación”, dijo Hiroshi Motomura, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).Para muchos, el miedo ya comenzó.“Los niños todavía vienen a la escuela, pero están asustados”, dijo Almudena Abeyta, superintendente de las Escuelas Públicas de Chelsea, un suburbio de Boston que desde hace tiempo ha sido la primera parada para los inmigrantes centroamericanos que llegan a Massachusetts.¿NOS VAN A DEPORTAR?Ahora hay haitianos que están estableciéndose en la ciudad y envían a sus hijos a las aulas allí.“Preguntan: ‘¿Nos van a deportar?’”, agregó Abeyta.Muchos padres en su distrito crecieron en países donde el gobierno federal administra las escuelas y podrían pensar que en Estados Unidos sucede lo mismo.Al día siguiente de los comicios, Abeyta envió una carta a sus casas en la que les aseguró a los padres que sus hijos son bienvenidos y están seguros, sin importar quién sea el presidente del país.Los funcionarios de inmigración han evitado arrestar a los padres o estudiantes en las escuelas.Desde 2011, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha operado bajo una política de que los agentes de inmigración no deben arrestar ni realizar otras acciones policiales cerca de “lugares delicados”, tales como escuelas, hospitales y lugares de culto.Hacerlo podría limitar el acceso a servicios esenciales, escribió el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en una actualización de políticas de 2021.¿AGENTES EN ESCUELAS?El Proyecto 2025, el plan de acción de la Heritage Foundation —una institución conservadora de investigación— para el segundo mandato de Trump, exige rescindir la directriz sobre los “lugares delicados”.Trump intentó distanciarse de las propuestas en dicho proyecto durante la campaña, pero ha nominado a muchos de los que trabajaron en el plan para que ocupen puestos en su nuevo gobierno, incluido a Tom Homan para que sea su “zar de la frontera”.Si los agentes de inmigración arrestaran a un padre mientras deja a sus hijos en la escuela, ello podría desencadenar un pánico masivo, dijo Angelica Salas, directora ejecutiva del grupo activista Coalition for Humane Immigrant Rights en Los Ángeles.“Si algo sucede en una escuela, se propaga como un reguero de pólvora y los niños dejan de asistir a la escuela”, expuso.Balderas, que ahora es superintendente en Beaverton, un suburbio de Portland, dijo al comité escolar que era hora de prepararse para un gobierno de Trump más decidido.Si los agentes migratorios actúan en las escuelas, Beaverton capacitará al personal para no permitir que ingresen a ellas.(Fotos: Tomadas de AP y Los Ángeles Times)CompartirNavegación de entradasGuerra comercial con EU tendrá efectos devastadores Dos firmas guanajuatenses seducen paladares del mundo