En esta época marcada por las prisas, agotadoras jornadas laborales y el ilusorio reino de las redes sociales, las personas viven afligidas por lo que bien podría denominarse como un “culto al alto rendimiento”.

Así lo define la psicóloga clínica y doctora en psicoterapia Delia Hinojosa, para quien tal inmediatez e hiper exigencia en el día a día llevan muchas veces a una desconexión con las propias emociones, a negar el cansancio y a ignorar no sólo el estrés sino aquello que duele a nivel emocional.

“En este sentido, sí creo que el autocuidado es un acto de resistencia frente a una cultura que promueve el agotamiento emocional”, subraya Hinojosa, ex presidenta y miembro de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM).

NO ES UN LUJO

“El autocuidado no es un lujo, sino una manera de reconstruir un vínculo con uno mismo. Implica darle un lugar y un sentido a tu propia vida; tu vida sí importa. Y cuando uno se cuida, puede cuidar mejor a los otros”, dice la psicoterapeuta.

No se trata de esos hábitos o rutinas saludables que cada tanto llegan a ponerse de moda, sino de algo mucho más profundo: la capacidad que cada quien posee para protegerse y regularse emocionalmente, en palabras de la doctora Hinojosa.

“Es decir, implica poder distinguir lo que uno necesita de lo que el entorno exige; escuchar, de alguna manera, nuestro propio deseo, y no sólo la demanda”, agrega la especialista.

“Cuando no hay un espacio para este cuidado emocional, aparecen una diversidad de síntomas como ansiedad, irritación, somatizaciones, insomnio e incluso cuadros depresivos más intensos”, explica.

EL SÍNDROME DEL BURNOUT

De ahí que algo que los expertos observan en la clínica con mucha frecuencia hoy día sea el síndrome de burnout, que además de un severo agotamiento también provoca el descuido de las relaciones sociales y familiares.

Tampoco es de mucha ayuda la exposición constante a ese mundo en apariencia perfecto que suelen exhibir las redes sociales, y por el que las personas se pueden llegar a sentir muy devaluadas

“Y en esa lucha por querer dar lo mejor de sí mismo viene este sobreesfuerzo que lleva a la gente al límite”, remarca Hinojosa.

La expresidenta de la APM enlista como obstáculos para un buen autocuidado sentir culpa por descansar, el miedo a la decepción y la necesidad de ser indispensables.

“Son fantasmas inconscientes que impiden ese autocuidado”, precisa.

“En muchas personas hay una identificación con el sacrificio como única forma de tener valor”, prosigue.

“Entonces, cuidarse se vive como un egoísmo o una debilidad, cuando es más bien la posibilidad de tener una mejor realidad”, dijo.

DETENTE, ESCUCHA, RECONOCE

Un primer paso sencillo hacia el autocuidado es:

  • Dedica 5 minutos al día a escuchar lo que sientes: tristeza, enojo, cansancio, alegría, frustración, etcétera.
  • Anótalo en una hoja, y evita juzgarte por sentirte así.
  • Si notas patrones que se repiten o se vuelven difíciles de manejar, puedes considerar acercarte a un espacio terapéutico.

Algunos beneficios del autocuidado son:

  • Mayor claridad emocional: identificar qué nos afecta y por qué, en lugar de reaccionar de forma impulsiva.
  • Relaciones más saludables: al conocernos mejor, podemos establecer límites y vínculos más auténticos.
  • Reducción del estrés y ansiedad: entender de dónde vienen esos sentimientos permite darles un lugar sin que nos dominen.
  • Sentido de bienestar verdadero: no un bienestar superficial, sino uno que nace de una conexión más profunda con nuestra propia historia y deseos.

(Texto y fotos: Tomados de Reforma)

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