Somos la primera generación en vivir en simbiosis con nuestros teléfonos inteligentes, una relación que oscila entre la necesidad y la dependencia.Por lo que la pregunta obvia que emerge es tan inquietante como necesaria: ¿qué impacto tiene en nuestro cerebro esta conexión digital perpetua?Un innovador estudio científico acaba de arrojar luz sobre esta cuestión, revelando que una simple desconexión de dos semanas del internet móvil puede desencadenar transformaciones extraordinarias en nuestra salud mental y funcionamiento cognitivo.La investigación, liderada por Adrian Ward en la Universidad de Texas en Austin, emerge en un momento donde la fusión entre humano y dispositivo alcanza niveles sin precedentes.Los datos del Pew Research Center trazan una curva ascendente reveladora: el uso de smartphones en Estados Unidos ha escalado desde un modesto tercio de la población en 2011 hasta un abrumador 91 por ciento actual.UFF: HASTA 6 HORASEl tiempo que dedicamos a estas interfaces digitales portátiles resulta aún más alarmante: los estadounidenses pasan un promedio de 5 horas y 16 minutos diarios mirando sus teléfonos, mientras que globalmente, la cifra se dispara hasta las 6 horas y 40 minutos diarias frente a las pantallas.Para su estudio de un mes de duración, el equipo reclutó a 467 participantes, con una edad media de 32 años, dividiéndolos en dos grupos.Mediante una aplicación especializada para iPhone, los participantes bloquearon todo acceso a internet móvil durante dos semanas, manteniendo únicamente las funciones básicas de llamadas y mensajes de texto.Podían seguir usando Internet en sus ordenadores, pero la conexión constante a través del móvil quedaba interrumpida.Para garantizar un análisis exhaustivo, un grupo realizó la desintoxicación digital durante las primeras dos semanas, mientras el otro lo hizo en la segunda mitad del mes.IMPACTO CLAROLos resultados, publicados en PNAS Nexus, no dejaron lugar a dudas sobre el impacto positivo de la desconexión.De acuerdo con un comunicado de la Universidad de Texas en Austin, el 91 por ciento de los participantes mejoró en al menos uno de los tres aspectos medidos: salud mental, bienestar subjetivo o capacidad de atención.El dato más impactante fue la mejora cognitiva: la capacidad de atención de los participantes mejoró en una cantidad equivalente a revertir una década de deterioro cognitivo relacionado con la edad.MEJORAS NOTABLESLos beneficios para la salud mental resultaron igualmente notables. El 71 por ciento de los participantes reportó una mejor salud mental tras el período sin internet móvil.La mejora en los síntomas de depresión superó incluso los resultados típicos observados en estudios sobre medicamentos antidepresivos, aunque los investigadores señalan que la naturaleza de esta intervención difiere significativamente de los contextos de psicología clínica.“Los smartphones han cambiado drásticamente nuestras vidas y comportamientos en los últimos 15 años, pero nuestra psicología humana básica sigue siendo la misma”, aseguró Ward.“Nuestra gran pregunta era: ¿estamos adaptados para lidiar con la conexión constante a todo y a todo momento? Los datos sugieren que no”, agregó.¿Y LA SALUD MENTAL?Los beneficios parecieron aumentar con el tiempo. Durante el período de intervención, los participantes reportaron un bienestar progresivamente mejor día a día.En lugar de simplemente cambiar a ver más televisión o películas, se involucraron más profundamente con el mundo offline: realizando pasatiempos, manteniendo conversaciones cara a cara y pasando tiempo en la naturaleza.Dormían más, se sentían más conectados socialmente y experimentaban mayor autonomía en sus decisiones.Estos hallazgos resuenan profundamente con el sentimiento público actual. Una encuesta Gallup de 2022 reveló que 58 por ciento de los usuarios estadounidenses de smartphones se preocupan por su uso excesivo del dispositivo, una preocupación que se eleva al 80 por ciento entre los menores de 30 años.UN NUEVO ENFOQUEEn el ámbito laboral, el estudio abre nuevas perspectivas para que las empresas implementen estrategias de bienestar digital.Ward sugiere que las organizaciones podrían ofrecer herramientas y aplicaciones que ayuden a sus empleados a gestionar mejor su tiempo online, aumentando así tanto su productividad como su bienestar.Sin embargo, enfatiza que estas iniciativas deben ser voluntarias, ya que no todo el mundo está dispuesto a “desconectarse” de un día para otro.Los números del propio estudio respaldan este enfoque gradual: solo 57 por ciento de los participantes dio el paso de instalar la aplicación de bloqueo, y apenas una cuarta parte completó las dos semanas sin conexión.“Quizá lo sometas a votación y la gente decida votar a favor”, reflexiona Ward.“El hecho de que 80 por ciento de la gente piense que usa demasiado el teléfono sugiere que quizá lo hagan”.(Fotos: Tomadas de DW Español)Compartir Navegación de entradasIncreíble hallazgo revela cómo ratones salvan a compañeros Las 8 señales de la ansiedad y el estrés